El Gobierno estableció el 30 de septiembre como plazo máximo para instalar puertas automáticas en los comercios tal como fija el decreto de ahorro energético para hacer frente a la inflación que el Gobierno aprobó a mediados de agosto. Este viernes, PIMEComerç ha lamentado que la administración pública no haya tenido en cuenta la moratoria de dos meses que la sectorial pidió en relación con la instalación de estas puertas y ha considerado que el plazo de obligatoriedad es "poco realista". El presidente de PIMEC, Àlex Goñi, ha manifestado que el "comercio urbano se ha sentido maltratado. Después de todos los esfuerzos que estamos haciendo, la subida de costes energéticos, la caída del consumo y el aumento de los tipos de interés esperamos que el gobierno no actúe en contra del comercio aplicando inmediatamente el régimen sancionador".
PIMEComerç reclama la moratoria porque la instalación de puertas "puede exigir procesos complejos de adaptación arquitectónica y requiere una inversión dificultosa para las empresas de más pequeña dimensión en términos monetarios, de tiempo y dedicación". En este sentido, la sectorial reclama que, tal como ha hecho el Ayuntamiento de Barcelona destinando 2 millones de euros a la instalación de las puertas, "se extiendan al resto del territorio líneas de subvención que ayuden al comercio urbano a instalar las puertas", ha añadido Goñi.
10% de comercios en España
De hecho, la Confederación Española del Comercio (CEC) estima que sólo un 10% de los establecimientos en España han podido adaptar sus locales para cumplir con el decreto de ahorro energético dictado por el Gobierno y por|para lo que establece la obligatoriedad de contar con un sistema que mantenga las puertas de los establecimientos cerradas para conservar la temperatura interior, entre otras medidas. La patronal, de hecho, expone que las razones son "la ausencia de un plazo realista y razonable para llevar a cabo las modificaciones", ya que se estima que entre 100.000 y 120.000 comercios de España necesitan esta adecuación. "Hay negocios que fueron creados para no tener puertas y ahora la nueva ley exige un replanteamiento del local que va más allá de instalar una puerta", ha lamentado Rafael Torres, presidente del CEC.
Críticas de los comerciantes
En Catalunya, los fabricantes y comerciantes criticaron hace una semana que no había tiempo para hacer frente a una demanda que "ha colapsado el sector". "Más allá de los ritmos de fabricación, una de las dificultades que impiden cumplir los plazos es la falta de profesionales trabajando", explicó Dídac Contreras, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Puertas Automáticas. El decreto ley obliga a los locales a instalar un sistema de cierre de puertas para impedir que se queden abiertas de forma permanente y se malgaste energía. Además, la norma también fija una temperatura mínima y máxima en espacios climatizados y el apagón de las luces de los escaparates a las 10 de la noche.