Aun hay diarios que no abren su primera página con las previsiones catastróficas del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre España —y el resto del países del sur de Europa, incluida Francia. Lo mismo que cuando el gobernador del Banco de España hizo las mismas advertencias, este martes día 23, en la comisión de reconstrucción del Congreso. Es como los niños pequeños, que cierran los ojos cuando no quieren aceptar una realidad desagradable —es la hora de ir a dormir, tómate la sopa, apaga la tele. ¿Qué les da miedo? ¿Qué les amedrenta?
Es de risa el titular de La Razón: dice que el FMI "hunde a España", insinuando que, si el FMI no hubiera presentado su pronóstico, España no estaría hundida. Patriotismo baratito mientras el barco se hunde. Todavía es más exótico ABC, que presenta a los Reyes en la cumbre empresarial organizada por la patronal CEOE con el mismo discurso de siempre: diálogo, ambición, etcétera. Hará falta algo más que palabras gastadas para enfrentar lo que nos viene encima. La Vanguardia, también original, parece lamentarse por el cierre de las fronteras de la UE a rusos, brasileños y norteamericanos, una decisión elemental a la vista de la pésima gestión de la pandemia en esos países.
Los diarios, ahora uno, ahora otro, ya hace días que aúllan por las medidas que restringen el turismo, una de las principales industrias españolas. Está bien, aunque desde hace años hay un consenso no pequeño entre los analistas: una economía tan dependiente de un sector de poco valor añadido se arriesga a sufrir una contracción como la que ahora anuncia el FMI. Ahora el lío lo acabarán pagando los de siempre, si tenemos que hacer caso a las medidas que proponía el gobernador del Banco de España: más impuestos, reestructuración a la baja de las prestaciones sociales —pensiones, paro...—-, otra oleada de flexibilización del mercado laboral... Han sido pocos los diarios que han hablado de todo esto con energía e intensidad. El silencio puede ser más cómplice que las mentiras.