El acuerdo entre el gobierno del Estado y los agentes sociales, sindicatos y patronales para la reforma del sistema de pensiones español está al orden del día. Pese a que el presidente del ejecutivo central, Pedro Sánchez, aseguró su viabilidad, el economista Santiago Niño Becerra ha señalado dos problemas que ni el sistema español ni el europeo contemplan.
En una publicación en su perfil de Twitter, Niño ha hecho referencia a una noticia publicada en ElNacional.cat titulada "Las grandes diferencias entre el sistema de pensiones español y Europa" para explicar que "hay dos problemas que ninguno de los sistemas contempla".
El primero consiste en el hecho de que "a causa de la tecnología, la demanda de trabajo es decreciente mientras que la oferta es creciente". Y el segundo, continúa, está basado en "los aumentos de productividad", que provocan un desplazamiento "de trabajadores hacia los bordes del sistema social".
Más problemas del sistema español
Los países de Europa cuentan con sistemas muy diferentes entre ellos. Tal y como explica el texto, el gran problema es que el español se basa en la solidaridad intergeneracional, es decir que los trabajadores actuales pagan las pensiones de los jubilados, por lo tanto, cuando pagas a la seguridad social no estás asegurando tu pensión, simplemente estás pagando la de generación anterior, y serán los trabajadores futuros los que paguen la tuya.
A priori el concepto funciona, pero tienes que tener una sociedad homogénea a escala generacional, cosa que no ha pasado en España, ya que la generación del baby boom son muchos más que los millennials o la generación Z, por lo tanto dentro de 15 años, cuando los nacidos entre 1950 y 1970 estén jubilados por completo el sistema sufrirá porque querrá decir que el 30% de la población serán jubilados si no cambian mucho las cosas porque si no lo que pasará es que el sistema perderá el equilibrio y se hundirá. Además hay que recordar que los primeros baby boomers se empezarán a jubilar dentro de cinco años, por lo tanto, es un problema que se tiene que empezar a solucionar inmediatamente.
El presidente de España, Pedro Sánchez, con los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo durante el anuncio del acuerdo para la reforma de las pensiones en el Palau de la Moncloa / EFE
Noruega, a las antípodas de España
Por el contrario, el sistema noruego funciona radicalmente opuesto al español. De hecho no se basa en la solidaridad intergeneracional. Cada trabajador contribuye para pagarse su pensión a través de planes de pensiones colectivos y personales, que constituyen el grueso de la pensión de cada ciudadano.
Aparte, también pagan un 18% de su sueldo anual al Estado para sufragar su futura pensión una vez se jubilen. Cuando llega el momento, de todo lo que han pagado, el gobierno lo divide en mensualidades en función de la esperanza de vida. Por lo tanto, si te jubilas antes cobras menos cada mes, sin embargo, con más tiempo y si lo haces más tarde cobras, más pero en menos tiempo
Hasta aquí todo bien, sin embargo, además, para garantizar las pensiones a largo plazo, el año 1990 Noruega creó el Fondo Soberano Noruego, un vehículo de inversión que canaliza los beneficios estatales del petróleo para garantizar las pensiones.
Actualmente este fondo para garantizar las pensiones tiene un valor de 10 billones de coronas noruegas, o cosa que es lo mismo, 969.000 millones de euros aproximadamente, según los datos aportados por el Norges Bank Investment Magement, banco noruego que gestiona el fondo.
Imagen principal, Santiago Niño Becerra / TV3