La eurodiputada Clara Ponsatí ha publicado la carta que, junto con Carles Puigdemont y Toní Comín, han enviado a la Comisión Europea en el espacio de preguntas y respuestas que este organismo pone a disposición de sus miembros. Bajo el título "¿Cómo evalúa la Comisión las consecuencias de la fusión en competencia bancaria entre CaixaBank y Bankia?", se expone el escenario actual y el más reciente que ha marcado la economía española y solicita a la Comisión que evalúe sus consecuencias.
También pregunta si "ha analizado qué supondría en el sector bancario español, especialmente teniendo en cuenta la escasez de bancos no españoles con una cuota de mercado significativa". Así pues, la carta formula tres preguntas: consecuencias, análisis del sistema y cómo afectará de forma específica "en términos de crédito al consumo, acceso al crédito y gastos de financiación para familias y Pymes tanto a nivel nacional como regional".
El escrito despliega un argumentario sobre "las interferencias del gobierno español" a la economía de los bancos y cita dos ejemplos. El rescate de Bankia que está "bajo control" del gobierno desde el año 2012 y el Real Decreto 15/2017, donde "se invitaron a las instituciones financieras con sede en Catalunya a moverlas a otro lugar". Un decreto que se publicó después del referéndum del 1 de octubre del 2017 y en medio de un clima de incertidumbre política y económica que se reflejó en todo el estado. La consecuencia en el caso de CaixaBank fue el traslado de su sede de Catalunya al País Valencià. Además, también recuerdan el poder que tienen especialmente estos dos bancos presentes en el Ibex-35, CaixaBank con una cuota de mercado del 15% y Bankia con un 7%.
Por todo ello, los tres eurodiputados consideran que "el sistema está fuertemente concentrado y las barreras dejan a los bancos no españoles en una irrelevante participación". Ponsatí adjunta la carta a través de Twitter y concluye: "Pedimos a la Comisión Europea que explique las consecuencias que tendrá para la libre competencia la deriva oligopolística de la banca española y el fomento de entidades cada vez más 'too big to fail'".