El exministro de Finanzas del Reino Unido, Ian McLeod, acuñó en el año 1965 lo que se entiende por 'estanflación' una palabra cruzada típica de los británicos que, en sus palabras, fusiona "lo peor de cada casa": combina el estancamiento del crecimiento económico (el PIB se mantiene o va a la baja) y el crecimiento de la inflación (cuándo los precios se encarecen y el dinero pierde valor). A estos dos elementos se les suele sumar otro indicador preocupante: cuando el paro no disminuye. De esta manera, nos encontramos en un contexto casi contradictorio, porque si bien hay inflación, la economía no crece y los ciudadanos pierden poder adquisitivo con el cual hacer frente a los precios elevados. Esta es la situación a la cual, según coinciden la mayoría de expertos, se ve abocada España a finales de 2022, con las previsiones que el Estado entre en "recesión técnica" tras dos trimestres consecutivos de contracción económica, tal como ha alertado esta semana la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
Inflación, poco crecimiento y paro, "lo peor de cada casa"
La estanflación es uno de los peores panoramas económicos para un país, una situación donde pierdes hagas lo que hagas, precisamente por la dificultad en remediar los dos principales problemas a la vez sin empeorar el otro. Si bien a raíz de la Gran Depresión se creía que una economía se podía ver afectada por uno de estos dos escenarios, a finales de la década de los años sesenta se produjo de manera insólita esta combinación fatal. La estanflación es, además, un arma de doble filo, porque las políticas de contracción de la oferta monetaria y reducción de la deuda para tratar de controlar la inflación acaban exacerbando la recesión (decrecimiento + paro), y con ella el malestar de la población. A su vez, las soluciones clásicas para mejorar la recesión-- incrementar el gasto público y bajar los tipos-- hacen que se dispare la inflación.
España entrará en recesión este año
La AIReF prevé que la economía española entre en "recesión técnica" al encadenar dos trimestres consecutivos de contracción, el último de este año y el primero de 2023. La presidenta del órgano, Cristina Herrero, ha presentado este martes el informe de líneas fundamentales de los presupuestos de las administraciones públicas, que ya fue avanzado parcialmente la semana pasada en el Congreso de los Diputados. La AIReF prevé que la economía se estanque el tercer trimestre, con crecimiento plano o ligeramente positivo, pero que registre pequeñas contracciones en el último trimestre del año y el primero de 2023, hecho que supondría una recesión técnica. No obstante, Herrero ha puntualizado que tiene sus "dudas" que estas pequeñas contracciones-- inicialmente queridas entre el 0,2% y el 0,3% para cada trimestre, pero que ahora se están reevaluando-- constituyan una "recesión" como tal. Sin embargo, las previsiones de la AIReF estiman un crecimiento económico del 4,4% para este año (el mismo que el Gobierno) y del 1,5% para el 2023 (seis décimas menos), unas estimaciones sometidas a "riesgos a la baja". En cambio, las previsiones de inflación-- 8,9% este año y 3,9% el próximo-- tienen "riesgos al alza", ya que las tensiones inflacionistas se están propagando a todos los componentes del IPC y, aunque los salarios todavía no se han sumado a las subidas de precios, se espera que lo hagan el próximo año.