Desde hace justo una semana que es tiempo de rebajas en el sentido estricto de la palabra. Un fenómeno de consumo que hasta hace relativamente poco sucedía dos veces cada año: del 7 de enero al 6 de marzo y del 1 de julio al 31 de agosto. Invierno y verano con los cuatro días incluidos. Pero este año, muchos escaparates han lucido a lo grande un cartel de rebajas desde antes de Navidad. O incluso, en algunos casos extremos desde el Black Friday y del CyberMonday que tuvieron lugar la última semana de noviembre. La presencia de los Estados Unidos no llega sólo como concepto sino también, como liberalización de la oferta de rebajas.
Conviene remontarnos al mes de julio de 2012 cuando el Gobierno español liderado por Mariano Rajoy aprobó un real decreto ley para impulsar la liberalización del periodo de rebajas bajo el objetivo de estabilidad presupuestaria y más competitividad. Cuatro años y medio después, se hace más visible que nunca que ya no hay que esperar al día después de la cabalgata para dar el pistoletazo de salida en la campaña de rebajas de invierno. Sin ir más lejos, el pasado 3 de enero quedaba aprobado el Proyecto de Ley de Comercio, Servicios y Ferias del Govern que deja en manos del comerciante el momento en hacer rebajas si es que quiere hacer rebajas.
Ganadores y perdedores
A pesar de este pretexto de libertad, el cierto es que quien no hace rebajas se queda fuera de mercado. "Las grandes superficies presionan s los pequeños comercios porque difícilmente pueden competir con sus márgenes", ha asegurado una asesora comercial a El Nacional. Precisamente, garantizar la competitividad del pequeño comercio es uno de los motivos por los que la Fundación Barcelona Comerç pide un día "oficial" de inicio, evitando así que los pequeños queden sometidos "a la voluntad de los grandes". Parece cuestión de tiempo que las grandes superficies acaben marcando las pautas y los periodos.
Conviene añadir también que a fuerza de alargar, entre unos y otros, el Black Friday con la campaña de Navidad y de rebajas impulsada por más ofertas y promociones, se corre el riesgo de distorsionar el precio. La ganga deja de ser ganga cuando se convierte en costumbre y el consumidor pasa a considerar el precio de rebaja como precio de referencia. Rebajas "agresivas" con descuentos previos "atractivos". Se trata, en definitiva de acabar con la "confusión" de aquellos compradores que ya no saben de qué se están beneficiando: ¿promoción, precio especial o rebaja? ¿Cuál es la diferencia? Pero, quizás al consumidor no le importa esta confusión. "Compro por rebajas porque es una tradición y siempre hay oportunidades", explica una clienta en Portal de l'Àngel.
Por rebajas, quien a menudo sale ganando es el mercado laboral. Más concretamente, las rebajas crearán 17.500 nuevos puestos de trabajo en Catalunya, lo que supone un 8% más respecto en el 2016. Así lo constata la consultora de recursos humanos Adecco que al mismo tiempo sitúa en Catalunya como la que más contratos hace de toda España. Bastante lejos quedan el País Valencià y la Comunidad de Madrid que crean 13.800 y 13.000 contratos, respectivamente.
¿Pactar o no pactar un día?
Según la Fundación Barcelona Comerç que aglutina 16 ejes comerciales repartidos por toda la capital catalana, el balance en el pistoletazo de salida de las rebajas de invierno de 2017 es positivo en expectativas de ventas. Pero al mismo tiempo, también incentiva una campaña más "agresiva" entre los vendedores. Por eso no es de extrañar que tanto la propia Fundación como la unión comercial de Barcelona Abierta reiteren la necesidad de pactar un día determinado para que tiendas de proximidades, grandes superficies y franquicias empiecen simultáneamente el periodo de rebajas. Aunque no es fácil dada la singularidad de cada comercio o el auge de las ventas por Internet, el secretario y tesorero de Barcelona Abierta, Joaquim de Toca Andreu, opta por el diálogo entre la administración, el pequeño y medio comercio y las franquicias. Todos a una.
Por su parte, la presidenta de la Comisión de Comercio de Cecot, Cristina Escudé, ha sugerido la siguiente propuesta: "plantear, con imaginación, como incrementar las ventas, sin tener en cuenta los efectos estacionales y de calendario" frente a la oferta reiterada de promociones durante prácticamente toda la temporada. En este sentido, una dependienta de la Illa Diagonal matiza que "aunque esta es la segunda semana que hacemos rebajas, nos compró mucha más gente por Navidad." Y es que las rebajas "agresivas" y los descuentos "atractivos" ya no tienen calendario.