Repsol ha llegado a un acuerdo con EIG, una sociedad estadounidense de inversiones que se especializa en infraestructuras energéticas. El acuerdo entre las dos compañías contempla la venta del 25% del negocio de exploración y producción de hidrocarburos, Repsol Upstream. El valor de la transacción se ha cerrado por 4.850 millones de euros. Según ha informado la compañía española a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la operación se hará mediante la entrega de 3.435 millones de euros por el valor de las acciones y 1.415 millones de euros de deuda neta.
La compañía valora que la oferta supone valorar Repsol Upstream en 19.203 millones de euros. En este contexto, EIG y Repsol contemplan la posibilidad de una salida a bolsa de una participación minoritaria en los Estados Unidos de este negocio a partir del año 2026, siempre que haya condiciones de mercado favorables, según informa Europa a Press. Repsol será el accionista mayoritario y seguirá teniendo el control sobre Upstream, el cual se planea que se siga consolidando dentro de las cuentas de la compañía.
Se mantiene la plantilla y el equipo directivo
La compra de parte del negocio de Upstream no afectará a la plantilla ni en el equipo directivo que hay actualmente. Tampoco el plan de negocio, el cual se enfoca al reforzar, focalizar y descarbonizar su cartera de activos. "Nuestra ambición es liderar la transición energética. Este acuerdo pionero refuerza el sentido estratégico de la unidad de Upstream dentro del grupo y, al mismo tiempo, impulsa la transformación de la compañía y su perfil multienergético para alcanzar cero emisiones netas en el 2050", ha afirmado el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
La transición energética juega un papel clave en los planes de futuro de las dos compañías, como ellos mismos destacan. "La transición energética determina todas las decisiones que tomamos y estamos encantados de asociarnos con un líder global de la talla de Repsol en esta atractiva oportunidad de liderar el cambio en nuestra industria", ha afirmado el presidente y consejero delegado de EIG, R. Blair Thomas.
El cierre de la transacción, sujeta a las aprobaciones reguladoras habituales. Al fin y al cabo se prevé que acabe de mancharse en unos seis meses, cuando ya se habrá establecido una nueva estructura del negocio Upstream. La compañía ha subrayado que este acuerdo permite avanzar en el objetivo de alcanzar cero emisiones netas a través de un proyecto que acelera la transformación y refuerza el perfil multienergético de esta.