Parece que la crisis económica y financiera provocada por la pandemia de la Covid solo tiene una salida. Una revolución fiscal que afecte a las rentas más altas del planeta. Cuando menos, así lo auguran las últimas propuestas hechas por dos actores muy importantes dentro del mundo financiero, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los Estados Unidos (EE.UU.).
Un impuesto temporal solidario para las rentas más altas del planeta. Esta es uno de los remedios que ha propuesto el FMI para salir de la crisis de la Covid. Para sorpresa de todo el mundo el FMI propuso este nuevo impuesto "temporal" destinado a financiar las necesidades relacionadas con la pandemia y con la crisis económica.
Para justificar esta petición, el director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, Vitor Gaspar aseguró que "para ayudar a hacer frente a las necesidades de financiación relacionadas con la pandemia a las autoridades podrían considerar una contribución temporal para la recuperación postcovid aplicada sobre las rentas altas y la riqueza".
Tal es la magnitud de la crisis actual que ha llevado en el organismo, que tradicionalmente ha estado muy conservador, a dar el visto bueno a una eventual subida de los impuestos y a permitir un aumento del gasto. Esta sorprendente propuesta del FMI se une a una de otra del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y su secretaria del Tesoro, Janet Yellen, que han propuesto cobrar un Impuesto de Sociedades a escala global.
Ahora bien, a pesar de esta propuesta, la intención de Biden no es destinar el aumento de la recaudación a ayudas o a pagar subsidios de paro, sino para financiar el nuevo plan de infraestructuras de todo el país, o lo que es lo mismo, para pagar el New New Deal y, al mismo tiempo, salir también de la crisis creando más empleo en el país.
Concretamente, la secretaria del Tesoro americano anunció este lunes su predisposición a pactar con los países del G20, las 20 economías mayores del mundo, para encontrar un acuerdo para imponer un impuesto mínimo a las empresas que permita sistemas fiscales "estables y justos". De hecho Yellen fue todavía más allá y recordó la tendencia a la baja del impuesto de sociedades en los últimos 30 años en un discurso virtual en el centro de estudios Chicago Council on Global Affairs.
Es por eso que también remarcó la importancia de asegurar que "los gobiernos cuentan con sistemas impositivos estables que recauden suficientes ingresos" y que estos sean aportados de manera justa y equitativa para los ciudadanos a la hora de financiar al ejecutivo.
Es más, la misma Yellen insistió en que "es importante trabajar con otros países" para acabar la erosión de la base fiscal de las empresas y con la competitividad fiscal entre Estados, como pasa dentro de la UE con Irlanda.
¿Ahora bien, las palabras están muy bien y llenar titulares también, pero cuál es la propuesta del gabinete de Joe Biden para el Impuesto de Sociedades en los EE.UU.? Pues fue el mismo Biden quien nos puede responder a esta pregunta, que es aumentarlo del 21 al 28% de las ganancias de las empresas.
Aprobación de las empresas
Contra todo pronóstico, varias grandes empresas americanas, como Amazon, ya han expresado públicamente su apoyo al aumento del impuesto de sociedades para sufragar el plan de infraestructuras de Biden. De hecho, a través de un comunicado público, Jeff Bezos, presidente de Amazon, aseguró que "se requerirán concesiones por todas las partes, tanto en los detalles sobre los cuales se incluye como en la forma en que se pagará".
"Nosotros damos apoyo a una subida del impuesto de sociedades", señaló Bezos, que confió en que el Gobierno y el Congreso americano consigan un compromiso "equilibrado" que "mantenga o mejore la competitividad de los Estados Unidos".
¿Tendremos revolución fiscal en Catalunya?
Pues de momento, parece que no. También es cierto que Catalunya, y España, todavía se encuentran en situación de crisis económica, a diferencia de los Estados Unidos, que empieza a ver cómo su economía ya se está recuperando.
Según ha comentado el decano del Col·legi d'Economistes de Catalunya (CEC) y catedrático de Economía de la UPF, Oriol Amat, ahora mismo, es momento para "rescatar las empresas y las personas" más que tratar de subir los impuestos, ya que, hoy por hoy, el problema no es reducir la deuda, sino ayudar en aquellas empresas y personas que hace un año que no trabajan, sobre lo que asegura que todavía se tienen que dar muchas más ayudas.
La posibilidad de una revolución fiscal, pues, se tendría que plantear cuando salimos de la crisis, que de momento se espera que llegue hacia 2022. Cuando se llegue a esta situación sí que será momento para secar la deuda generada por la crisis y según Amat, solo habrá dos maneras de hacerlo, mejorando la gestión pública e incrementando la recaudación. Este incremento, según opina el decano de CEC, sí que tendrá que venir por parte de las rentas más altas.
Sobre este último punto, Amat también asegura que cada vez hay más conciencia entre las rentas más altas sobre que tienen que contribuir más, porque los umbrales de pobreza están cada vez más altos. Sin ir más lejos, en Catalunya esta cifra es del 22,4% en hogares con dos adultos y dos niños.
Con respecto al ámbito europeo, la Unión Europea hace años que trabaja en una política fiscal común, pero de momento, parece que el acuerdo entre los 27 no llega. Eso podría ayudar a hacer que las empresas de fuera de la Unión se aprovecharan de legislaciones como la irlandesa, que actúa como una especie de paraíso fiscal dentro de la UE.