El juicio por las irregularidades en la salida a bolsa de Bankia ha empezado en la Audiencia Nacional pasadas las 11 de la mañana, una hora más tarde de lo previsto, con el antiguo consejo de administración de la entidad al completo sentado en el banquillo de los acusados, con el expresidente de la entidad y exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato en primera fila.

Rato es el principal acusado en este juicio y se enfrenta a la petición de prisión más elevada. La Fiscalía Anticorrupción pide cinco años de prisión por un presunto delito de estafa a los inversores, mientras que las acusaciones populares y particulares reclaman penas de hasta 12 años y seis meses.



El expresidente de Bankia está cumpliendo una condena de cuatro años y medio de prisión por un delito de apropiación indebida por el caso de las tarjetas black. Comparte banquillo con José Antonio Moral Santín, Estanislao Rodríguez Posi, Francisco Baquero, Jorge Gómez Moreno y José María de la Riva, que también cumplen condena por las tarjetas black. En total 34 personas están acusadas.

Irregularidades

La sección cuarta de la sala de lo penal, presidida por la jueza Ángela Murillo, juzga las presuntas irregularidades de la salida a bolsa de la entidad el 20 de julio de 2011, por las que la fiscalía, que solo acusa a los cuatro antiguos administradores, pide cinco años para Rato por un presunto delito de estafa.

El ministerio público también atribuye este delito al exvicepresidente José Luis Olivas (cuatro años de prisión), al exconsejero José Manuel Fernández Norniella (tres años) y al exconsejero delegado Francisco Verdú (dos años y siete meses).

Ocultación de datos

La fiscalía cree que se ocultó que el negocio ordinario de Bankia, heredado de sus siete cajas (Caja Madrid, Bancaixa, Caja de Canarias, Caixa Laietana, y las de Ávila, Segovia y La Rioja), no era viable en un entorno de crisis sin recibir ayudas, de forma que habrían actuado para obtener "cueste lo que cueste" los fondos necesarios.

Por el contrario, considera que "las cuentas del grupo no son materialmente falsas, ya que no vulneraban la normativa vigente en aquel momento y cumplieron con las exigencias del regulador", por lo que descarta la falsedad contable que sí le atribuyen el resto de acusaciones, tanto particulares como a populares.

Penas de hasta 12 años

Según estas acusaciones, el folleto informativo de la operación de compra de acciones mostraba cuentas que no reflejaban la situación real de la entidad, por lo que piden hasta 12 años de prisión para los 31 exdirectivos y multas millonarias para Bankia, su matriz BFA y la firma auditora Deloitte.

Los acusados rechazan las acusaciones y sostienen que se disponía del "colchón" necesario para hacer frente a cualquier deterioro. Defienden que la reformulación de las cuentas de 2011 -después de la salida de Rato del banco y que mostró pérdidas de 2.979 millones- se llevó a término a causa de la caída del valor de los activos en el repunte de la crisis económica.