Jaume Roures se ha presentado este miércoles en París para defender la suspensión del pago de un plazo de 172 millones de euros por los derechos de retransmisión a la Liga de Fútbol Profesional francesa (LFP) hasta que se renegocie el contrato. "No pongan en duda nuestro compromiso", ha dicho el socio director de Mediapro. "Lo mantenemos. Este proyecto es para cuatro años y ya sabíamos que no sería rentable la primera temporada". Roures ha revelado que ya son 600.000 los abonados a Téléfoot, el canal del fútbol en Francia, y que "en junio ya había avisado a todos los interesados" de que las cosas venían torcidas por la covid-19. Quizá no era necesario, dado que la temporada anterior se suspendió a falta de 10 jornadas, hecho que Canal+, el anterior operador, alegó para no pagar 300 millones en derechos.
Mediapro considera que los 780 millones que comprometió en 2018 tienen que ajustarse a la crisis causada por la covid-19 al negocio de las retransmisiones deportivas. No podemos creer que todo será como antes [de la covid-19]. Nosotros también somos víctimas, como lo son las personas, los socios, los clubs, los jugadores en España... como lo son muchos canales de televisión", se ha justificado Roures. "No es la primera vez que hay problemas entre el mundo del fútbol y la televisión. Confío mucho en que podremos encontrar soluciones razonables para todos [...]. Télefoot continuará".
¿Gato por liebre?
Los periodistas han cuestionado si Mediapro no había dado gato por liebre al pagar demasiado por los derechos de televisión y si su plan de negocio no es parte de una burbuja especulativa. Es una acusación que formuló Maxime Saada, presidente del operador francés Canal+, al perder la licitación en 2018. "No hemos pagado de más en comparación con otros países y otras ligas. Para nosotros era y es un precio justo", ha replicado Roures. Con respecto al negocio, "no hemos dicho nunca que queríamos tener 3,5 millones de suscriptores en un año. Conocemos un poco el mercado francés", ha dicho. Esa es la cifra de abonados estimada para cubrir los costes del canal futbolístico.
También ha salido al paso irónicamente del reproche, curioso, que tilda de riesgo el hecho de que la mayoría del capital de Mediapro sea de un fondo chino. "En aquel momento [en 2018], no teníamos socios chinos [...] No hay ningún 'peligro amarillo'. Nuestros accionistas chinos, ingleses y catalanes están para sostener a Mediapro hasta el final". Más adelante se ha puesto serio: "Mediapro no son cuatro chicos y chicas encerrados en un cuarto. Hace 25 años que existimos, trabajamos en 36 ó 37 países, tenemos 7.000 empleados. No somos unos cualquiera".
Una liga en peligro
Mediapro ha sido hábil para evitar que la LFP recurra a otros operadores en caso de producirse un solo impago, como permite el contrato. Para conservar los derechos, Mediapro ha pedido al tribunal mercantil de Nanterre que nombre a un mediador, cosa que suspende la ejecución del contrato hasta que las partes se pongan de acuerdo. Por tanto, la LFP no puede rescindirlo.
La LFP francesa está muy pillada. El balance del mercato francés ha dejado a los clubs un déficit de 58 millones de euros, según explica el economista Pierre Rondeau al diario Le Figaro. A eso hay que sumar las pérdidas de ingresos por patrocinios, marketing, merchandising, entradas y trading. Para sobrevivir, la mayoría de los clubs depende del dinero de la televisión. El Nimes es quien más: depende en un 70%. Trece equipos más entre un 30% y un 62%. Los dos grandes, menos: el PSG en un 9% y el Olympique de Lyon en un 22%. Para cubrir el impago de Canal+ y sostener la competición, la LFP se vio obligada a pedir un crédito de 224,5 millones el pasado junio. Ahora tendrá que pedir otro de 172 millones para cubrir a Mediapro.