La crisis energética ya hace meses que dura y está provocando un aumento interminable de los precios, entre otros, del gas. Ahora bien, esta situación se podría complicar todavía más después de que Rusia haya decidido cesar el suministro en Alemania a través del gasoducto Yamal-Europa, el mayor entre Rusia y Europa. Esta situación no es nueva, ya que se produjo algo parecido entre los meses de octubre y noviembre de este año. En aquella ocasión, el país eslavo se defendió alegando que tenía que llenar sus depósitos de gas antes de reactivar el suministro en Europa.
Ahora, supuestamente, Rusia tendría que estar enviando gas en Europa, pero no lo hace y eso la única cosa que consigue es poner en Europa, a su principal cliente, contra las cuerdas. En más de esta inestabilidad, hay que recordar que la relación Rusia y Europa cada vez es más complicada políticamente hablando, ya que el gasoducto Nord Stream 2 que se retrasa en su puesta en funcionamiento y eso provocará que Alemania linde este invierno con sus reservas de gas más bajas de la última década.
Todo también ha afectado a las relaciones diplomáticas porque hemos vivido una expulsión recíproca de diplomáticos. El pasado día 15 de diciembre Alemania declaró personas no gratas a dos diplomáticos rusos después de un tribunal berlinés condenara a cadena perpetua a un ruso por el llamado "asesinato de Tiagarten", que según la Justicia alemana fue un "encargo estatal". Moscú respondió este lunes con la expulsión de dos diplomáticos alemanes.
Rusia no sabe nada...
Ante toda esta tensión, Rusia se ha vuelto a excusar asegurando que esta problemática no está relacionada con la puesta en marcha del Norte Stream 2, frenado por la Agencia Federal de Redes alemana hasta junio de 2022, según ha declarado este mismo martes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Peskov ha asegurado que "tenemos que preguntar sobre los motivos concretos a Gazprom. No existe ninguna relación. Se trata de una situación absolutamente comercial", preguntado si existía relación entre el cese de los suministros por Yamal-Europa y la paralización del Norte Stream 2.
El gigante gasístico ruso Gazprom se negó a reservar capacidades adicionales de suministro por el gasoducto Yamal-Europa para este martes, después de lo cual se inició el bombeo en dirección contraria, de Alemania a Polonia. La dirección del flujo gas en el gasoducto depende de los pedidos que recibe el operador de los clientes y puede cambiar si surgen pedidos con mayores precios en la dirección contraria.
Gazprom, que ha optado por reservar diaria o semanalmente las capacidades de este gasoducto, detuvo el bombeo a Alemania, después de varios días de reducción gradual de los volúmenes de gas transportado. Según expertos, Rusia podría estar presionando de esta manera en Europa con la finalidad de acelerar la puesta en marcha del polémico gasoducto, que transportará el gas ruso directamente a Alemania sin cruzar el territorio ucraniano.
Sin Rusia, el gas tendrá que venir de Ucrania
Mientras Moscú insiste en que se trata de un proyecto exclusivamente económico, despierta inquietudes en Occidente, al considerar que incrementa la dependencia energética de la Unión Europea (UE) de Rusia, que ya no dependerá de Ucrania para transportar su gas.
El Gobierno ucraniano teme que Moscú prescinda, cuando expiren los contratos en 2024, de la ruta que atraviesa Ucrania, lo cual no solamente le privaría de una importante fuente de ingresos -recibe unos 2.000 millones de dólares al año por el tráfico- sino que daría vía libre para que Rusia intensificara su guerra contra Ucrania.