La compañía aérea irlandesa Ryanair ha anunciado este lunes pérdidas de 197 millones de euros en su primer semestre fiscal —de abril a septiembre— frente a un beneficio de 1.150 millones de euros el año anterior, según ha expresado en un comunicado dirigido a la Bolsa de Londres. Además, la mayor aerolínea low cost de Europa señaló que las pérdidas van a empeorar este invierno, dado que la nueva oleada de bloqueos por el coronavirus va a frustrar todavía más los intentos de recuperación de vuelos.
De esta manera, Ryanair prevé que en el segundo semestre fiscal —que comenzó el 1 de octubre— se superen las pérdidas. Los ingresos, por otro lado, cayeron un 78% hasta los 1.180 millones "debido a la caída del 80% del tráfico", agregó la compañía de bajo coste.
Y es que, todas las compañías aéreas en Europa están teniendo que reducir sus horarios como respuesta al resurgimientos del virus y las restricciones para frenarlo. Por este motivo, la capacidad que va a ofrecer la empresa este invierno se quedará en el 40%, aunque los objetivos se prevé que podrían variar a lo largo del año. Según el director ejecutivo Michael O'Leary, las nuevas restricciones reflejan el déficit de la política gubernamental.
“Los encierros son un fracaso”, dijo en Bloomberg Televisión. “Deben evitarse siempre que sea posible. Solo son útiles si utiliza el tiempo para implementar su sistema de prueba y seguimiento ".
La aerolínea prevé 38 millones de pasajeros para este año
La compañía adelantó que su tráfico de pasajeros podría situarse para todo el año en los 38 millones, frente a los 149 millones del periodo anterior, aunque esa guía podría reducirse si los "gobiernos de la Unión Europea" siguen "gestionando mal la política aérea" e "imponen, sin coordinación, más restricciones o confinamientos" este invierno.
Ryanair recuerda que "99% de su flota estuvo inmovilizada de mediados de marzo hasta fines de junio", y luego se produjo un "regreso eficaz a la actividad el 1 de julio". De hecho, la "gran mayoría" de sus ingresos del primer semestre se efectuó en el segundo trimestre.
En consecuencia, señaló que se prepara para una etapa "enormemente difícil", en la que, además de la pandemia, deberá lidiar con la volatilidad del brexit, el coste del combustible, la competencia de "nuevas y existentes" aerolíneas, las restricciones a la movilidad impuestas por los Gobiernos y la reticencia de los clientes para viajar en las circunstancias actuales.
Mientras tanto, la aerolínea está ampliando sus esfuerzos para reducir costos, más allá de las reducciones salariales temporales para el personal que ya se acordó, y no puede descartar más pérdidas de empleos.