El profesor y economista Xavier Sala-i-Martin avisa al presidente ruso, Vladimir Putin, de los efectos paralelos que puede comportar para su propio país el aislamiento social y económico de que está experimentando desde que el pasado 24 de febrero declaró la guerra contra Ucrania. En un hilo en twitter, denomina un nuevo concepto, el efecto cobra, que se inspira en otro hecho histórico entre dos potencias, la británica y la actual India, cuando esta dependía del peso de la colonización. "Occidente más unido, más gasto militar en Alemania, la EU más fuerte, países neutrales que se mojan contra Rusia...¿Quieres decir que Putin entiende el efecto cobra?", se pregunta Sala-i-Martin que acompaña la explicación con un vídeo lo suficiente ilustrativo.
El efecto cobra es un fenómeno imprevisto, una consecuencia imprevista, que se produce a la economía, la política, como consecuencia de la aplicación de una o varias políticas. Este concepto es muy frecuente verlo en campos como la economía y la política. En otras palabras, decimos que este efecto se da cuando, a la hora de combatir una situación o un desequilibrio, aplicamos políticas que, al análisis, acaban teniendo un efecto contrario al deseado. De esta manera, generando que la situación final sea peor que la partida, tal como recoge el portal Economipedia.
La India colonizada
El origen del efecto cobra se remonta a la India colonial, cuando estaban bajo la dominación de Gran Bretaña. En esta tierra, vista la elevada presencia de cobras venenosas, considerada una plaga para los gobernantes, se puso en marcha una política mediante la cual el Gobierno ofrecía una recompensa a todos aquellos ciudadanos que mataran una cobra. De esta manera, tratante que esta plaga, con la colaboración popular, fuera disminuyendo.
El mismo Sala-i-Martin lo constata: "El resultado final fue que, en lugar de eliminar las cobras, el número de serpientes en la India aumentó exponencialmente. Es decir, los ingleses consiguieron exactamente EL CONTRARIO DE LO QUE BUSCABAN". No obstante, con el paso del tiempo, los mismos ciudadanos empezaron a criar cobras en sus granjas. De esta manera podían matarlas y ofrecerlas a cambio de la recompensa. Una técnica que fue interceptada por el gobierno, que rápidamente canceló los programas. Dando lugar que estos ciudadanos soltaran las cobras, que ya no valían nada, generando más plaga, peor aunque al inicio. El economista catalán concluye que este es el final de Putin: "Eso es un problema recurrente al mundo de la economía y que es consecuencia de no evaluar con bastante acierto los incentivos de las personas o instituciones ante las políticas que tú les pones delante. A menudo estos incentivos los llevan a hacer el contrario de lo que buscabas"!.