El mes que viene hará un año que el presidente en funciones del Gobierno, Pedro Sánchez, vino a Catalunya a hacer el famoso Consejo de Ministros del 21-D en la Casa de la Llotja. El presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, fue uno de los protagonistas del acontecimiento, ya que aprovechó la reunión de ministros para hacer la cena de los Premios Ferrer Salat, en qué consiguió sentar en la misma mesa a Pedro Sánchez y el presidente de la Generalitat, Quim Torra. Sánchez Llibre, que siempre se ha prestado a hacer "de mediador" para "fomentar el diálogo y tejer puentes" entre ambas administraciones, volverá a tener su momento de gloria este próximo lunes, 18 de noviembre, día en que se volverán a celebrar los premios Ferrer Salat con tres consellers y algún ministro.
El escenario será, igual que el año pasado, el Hotel Sofía de Barcelona. La diferencia es que este año no asistirá Torra -que, recordamos, este día coincide con su juicio en el TSJC- y Pedro Sánchez no se descarta, explican fuentes de la organización, pero tampoco está confirmado. Quien sí que asistirá será el vicepresidente y conseller de Economía, Pere Aragonès; la consellera de Empresa, Àngels Chacón; el conseller de Trabajo, Chakir El Homrani y el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet. Por parte del gobierno central, y a la espera de confirmar al presidente en funciones, asistirá la titular de Economía, Nadia Calviño. Finalmente, en representación del Ayuntamiento de Barcelona irá el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni.
La convocatoria coincide con la semana después de la repetición de las elecciones generales del 10-N, y con una situación de tensión entre Catalunya y Madrid evidente. La falta de diálogo entre las administraciones y las llamadas de Torra que Sánchez parece que no quiere atender, tampoco se solucionarán en una cena en que los dos presidentes no coincidirán, aunque Sánchez Llibre apueste firmemente por "diálogo y política con mayúsculas". De hecho, el año pasado coincidió con la declaración de Pedralbes, y el diálogo entre ambas administraciones era más fluído que actualmente.