En la playa de Sant Adrià de Besòs —junto a las Tres Chimeneas— han comenzado las obras de la primera estación internacional de aterrizaje de cables submarinos de Catalunya. La infraestructura, que entrará en funcionamiento en 2022, permitirá la llegada de cables de fibra óptica sin restricciones y será la puerta de entrada y el enlace de los provenientes de Asia, África y el Mediterráneo que se quieran conectar con EEUU por la vía más rápida.
El consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, ha recordado durante la presentación que en la nueva era digital la productividad se mide en bytes y que recibir los cables por donde circulan genera riqueza y empleo. "En cuatro años puede ayudar a hacer crecer entre un 2% y un 4% la economía de Catalunya", ha añadido.
Según los últimos datos disponibles del Submarine Cable Map, actualmente hay en funcionamiento unos 400 cables submarinos en todo el mundo, lo que representa un volumen de más de 1,2 millones de kilómetros de cable. Teniendo en cuenta que a día de hoy es insustituible porque tiene una capacidad de transmisión comparable a la de 3.000 satélites, Puigneró ha remarcado que para Catalunya es "estratégico" contar con un puerto propio de ámbito internacional para la fibra óptica de cables submarinos.
200.000 personas trabajarán en el sector tecnológico
Puigneró ha apuntado que en base a los datos de otras estaciones similares situadas en Canadá o Singapur, la estación de aterrizaje que se está construyendo podría situar el empleo del sector tecnológico en Catalunya en las 200.000 personas, 50.000 más que actualmente.
El consejero de Políticas Digitales añadió que la prioridad de Catalunya debe ser su transformación en un país digital que genere empleo de calidad. También recordó que, al igual que en su momento se trabajó en la industrialización del país, ahora hay que hacerlo con la digitalización. "No seremos un país social que genere trabajo para los ciudadanos si no somos un país digital", remachó.
Norman Albi, CEO de AFR-IX Telecom, la empresa constructora, explicó que una estación de aterrizaje como la Cable Landing Station (Barcelona CLS) es, en la era digital, como un aeropuerto de datos. Un aeropuerto, ha añadido, que una vez operativo será punto de conexión de datos hacia otros destinos, pero también base permanente de muchas otras que permitirán que se cree un ecosistema a su alrededor.
Sobre este ecosistema, el alcalde de Sant Adrià de Besòs, Joan Callau, se ha mostrado confiado en que la infraestructura "lo acabe transformando todo a su alrededor" y genere "una oportunidad para mejorar y equilibrar la sociedad". Aquí, recordó que el municipio tiene universidades y ahora tendrá los datos para impulsar, por ejemplo, un hub de transición energética. "No quieren ser especialistas en pobreza; tenían otras posibilidades y las queremos impulsar", destacó.
Sant Adrià, la mejor ubicación
AFR-IX Telecom, compañía propietaria e impulsora de la estación de aterrizaje, cuenta con la autorización de obras para poder instalar en Barcelona CLS hasta 8 cables submarinos de telecomunicaciones de fibra óptica, que discurren por el fondo marino desde del área de Barcelona a las ciudades de Marsella y de Génova. El Govern, impulsor de la captación de la inversión, ha tramitado todos los permisos marítimo-terrestres y complementa la inversión con 800.000 euros con el fin de amplificar el impacto de esta estación de aterrizaje.
Albi, explicó que han elegido Sant Adrià de Besòs para construir la estación porque agrupa las condiciones perfectas para acoger una infraestructura de estas características: excelentes conexiones a todas las redes de fibra óptica del país, tanto viarias como ferroviarias, no presenta barreras físicas para la entrada de los cables y que pasan enterrados a una profundidad de unos 2 metros por la línea de la costa sin emitir ningún tipo de radiación. Además, el litoral de Sant Adrià no sufre la erosión de otras zonas de Barcelona.
La de Sant Adrià será una estación de aterrizaje única porque permitirá la llegada de cables sin restricciones. Es decir, será el punto de llegada de múltiples cables, optimizando recursos y evitando la proliferación de edificaciones. "Es una propuesta innovadora, ya que normalmente cada empresa propietaria de un cable debe construir la propia estación de aterrizaje para la conexión del cable", explicó Albi.
También servirá para descongestionar Marsella y Génova, actualmente los dos puertos que aglutinan el mayor número de cables de fibra óptica submarina en el Mediterráneo.