ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
La guerra en Ucrania ha agravado la escalada de los precios de los costes de producción en el sector agrario a raíz de la espiral alcista de las materias primas, que ya se habían incrementado el último año con la pandemia. La principal preocupación es el riesgo de desabastecimiento de algunos productos y la situación de colapso a la cual se pueden ver abocados campesinos y ganaderos porque no podrán hacer frente a más gastos. Y, es que buena parte de los cereales que se utilizan para la alimentación animal o de los fertilizantes químicos con que se abonan los campos se importan desde Ucrania o Rusia. Desde Joves Agricultors y Ramaders de Catalunya (JARC) reclaman a la Administración medidas excepcionales para garantizar la producción de alimentos como exenciones fiscales y ayudas para dar liquidez a los profesionales agrarios.

Dependencia

España tiene una fuerte dependencia importadora del maíz y del aceite de girasol de Ucrania y del trigo blando de media-baja calidad de Rusia para la fabricación de alimentación animal. El conflicto bélico en Ucrania afecta especialmente a las explotaciones ganaderas, pero sobre todo a los sectores porcinos avícolas. El Estado importa el 28% de maíz por alimentación animal de Ucrania, que es el cuarto exportador mundial de este producto y la interrupción del suministro ha disparado el precio. En el caso del cerdo, los piensos representan entre el 60% y el 70% de los costes de producción. Cereales como el maíz, el trigo o la cebada se están cotizando a "precios históricos", cosa que genera "preocupación" entre los ganaderos, pero también "incertidumbre" por el riesgo de que se pueda llegar a una situación de desabastecimiento por el conflicto en Ucrania, según explica Robert Jaimejuan, ganadero y ninguno de la sectorial de forrajes de JARC. "En el último año, y hasta este enero llevábamos un incremento del 30% del precio del cereal, que se repercute en el precio de la alimentación, y desde enero y hasta ahora se ha incrementado un 50% más, cosa que representa una subida del 80% o 90% según el tipo de cereal", observación.

Algunos ganaderos ya alertan de que no descartan tener que sacrificar los animales porque no los podrán alimentar. Arran de la guerra en Ucrania también se han disparado los precios de otras materias primas que utiliza el sector agrario como son la luz, el gas y el gasóleo. También el de los fertilizantes químicos, que se usan para abonar los campos y que se importan mayoritariamente de Rusia y Ucrania. Paralelamente, al incremento del coste, las empresas suministradoras han detenido la exportación de fertilizantes químicos desde los países en conflicto ante la incertidumbre de disponibilidad de producto. Ante las dificultades para disponer de fertilizante químico, los cerealistas están optando por tirar menos abono y eso supone "estar por debajo de las necesidades de cultivo" y, por lo tanto, "la producción también estará por debajo del potencial productivo".

Intervención de la administración

Desde JARC reclaman la intervención del Gobierno para garantizar el abastecimiento de alimentos y propone medidas excepcionales para evitar el "colapso" del sistema productivo, con el objetivo de dar liquidez al sector y rebajar las exigencias medioambientales de la PAC que entrará en vigor en el 2023, en favor de la producción de alimentos. JARC pide excepciones fiscales en relación con el IRPF o la bonificación del uso del gasóleo agrícola, entre otros. A la vez, también solicita avanzar el adelanto de la DUN y prorrogar un año el retorno de los préstamos de la covid para dar apoyo a los productores, garantizar la producción de alimentos y evitar también una crisis social. Con el fin de aumentar la capacidad productiva de los cultivos, la entidad pide que Bruselas levante con carácter urgente las restricciones del 5% de Superficie de Interés Ecológico (SIE).