"La gente ha seguido viniendo con total confianza y estabilidad" a pesar de los atentados del 17-A, aseguran los agentes del sector turístico, así como el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat. Todos ellos coinciden en que el impacto de los atentados en la imagen de la capital catalana se ha superado: "Cuesta pensar que todavía hoy día [un turista] cuando viene a Barcelona esté pensando en que el día 17 de agosto del año pasado hubo un atentado terrorista en La Rambla", dicen desde el Gremio de Hoteles.
En declaraciones a la ACN, varios agentes del sector aseguran que "el poder de reacción" de la ciudadanía y los cuerpos de seguridad reforzaron la marca Barcelona. Sin embargo, admiten que el 17-A contribuyó al descenso de visitantes del último trimestre del 2017, aunque "es difícil saber qué parte corresponde al atentado" y cuál a la situación política, apunta el concejal de Turisme del Ayuntamiento de la capital catalana, Agustí Colom.
Según la consellera de Empresa i Coneixement, Àngels Chacón, el impacto de los ataques terroristas "se neutralizó de manera rápida" y un año después ya "ha sido revertido". "No tendríamos la afluencia de turistas que tenemos si hubiera una permanente sensación de inseguridad", subraya Chacón. Por su parte, el director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, cree que la recuperación "ha sido buena" pero "no total". "Todavía a día de hoy estamos notando las consecuencias tanto del atentado como de la situación política", dice Casals.
La entidad previó una disminución del 5% en la ocupación hotelera en la ciudad para este verano —del 85% del 2017 al 80% de este año— que, según Casals, se está cumpliendo. "Este año es muy difícil valorar qué nos está afectando realmente", dice el director general del Gremio en línea con el concejal de Turisme de Barcelona. Sin embargo, Casals asegura que la imagen de la capital catalana "no está afectada por el tema del 17-A" y apunta que tienen una incidencia más negativa la "inseguridad política", "las huelgas en el aeropuerto" o "los ataques vandálicos contra infraestructuras turísticas".
Desde la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur), su presidente, Enrique Alcántara, cree que se ha recuperado la "normalidad" y "nadie tiene en cuenta este riesgo a la hora de viajar a Barcelona". "No se ha resentido la marca Barcelona como se preveía", sostiene el presidente de la Asociación Catalana de Agencias de Viajes Especializadas (ACAVe), Martí Sarrate.
"Salimos reforzados como marca"
Casals va más allá y asegura que Barcelona salió reforzada como marca cuando la gente vio cómo habían actuado las fuerzas de seguridad y los servicios de emergencia, así como la actuación de ciudadanos anónimos, hoteleros y comerciantes: "Algunos hoteles abrieron habitaciones vacías para gente que no podía volver a su casa", recuerda Casals. También Sarrate opina que el "poder de reacción" de la capital catalana "dio un valor positivo" a la marca Barcelona en su proyección exterior.
Así pues, "demostramos que somos un país preparado en el ámbito policial" y que actúa de manera "impecable en la gestión de este tipo de terrorismo", asegura Chacón. Según la consellera de Empresa, la reacción de las fuerzas policiales "ayudó a transmitir calma de manera muy rápida". "Se reaccionó muy rápidamente y se disiparon dudas", confirma Sarrate.
Por otra parte, el concejal de Turisme de la capital catalana destaca que, a pesar del impacto que tuvieron los ataques terroristas en los primeros días, Barcelona recuperó "su pulso de forma mucho más rápida y ágil" que otras ciudades que también han sufrido ataques terroristas, como Bruselas o París. Colom asegura que fue clave el hecho de que se reabrieran al público los espacios turísticos y La Rambla de forma "rápida".
"Afectación muy importante" los días posteriores al atentado
El mayor impacto de los atentados, según resalta el presidente del ACAVe, fue "en los primeros días". "La gente preguntaba" sobre la seguridad de la ciudad, dice Sarrate. El Gremio de Hoteles de Barcelona explica que tuvieron "tres o cuatro días con unas bajadas muy importantes de turistas". "Había gente que quería marcharse, gente que tenía que venir justo en los días siguientes y no quería; la afectación era muy importante", recuerda Casals. También la consellera de Empresa afirma que "las semanas posteriores al atentado hubo una disminución de turistas".
Colom reconoce la afectación de los primeros días, pero asegura que "el efecto a medio plazo" de un atentado es mayor que al principio y apunta que "no hubo anulaciones significativas el día del atentado o posteriores". Tanto Colom como Casals y Sarrate han dicho que la celebración del congreso de cardiología en Barcelona del 26 al 30 de agosto del año pasado —el mayor del mundo, que reunió a 31.000 profesionales— "fue muy bien" para dar una sensación de normalidad.
"Los turistas mantienen sus reservas; diferente es cuando tienen que contratar otras y aquí es cuando se mide más el impacto de un atentado", dice el concejal de Turisme de la capital catalana. Según Colom, los meses posteriores al atentado, concretamente octubre y noviembre, Barcelona registró caídas de entre el 4 y el 5% en el número de turistas. Sin embargo, resalta que en aquel momento "el impacto del atentado dio paso al impacto de la situación de inestabilidad política".
Aumento de turistas extranjeros el conjunto del 2017
El número de extranjeros que visitaron Catalunya en el conjunto del 2017 sumó más de 19 millones de personas, el 5% más que el año anterior, según las cifras de la Estadística de Movimientos Turísticos en las Fronteras (Frontur), del Instituto Nacional de Estadística (INE). A pesar del aumento, el último trimestre del año registró un descenso del 4,67%, en octubre; del 2,3%, en noviembre, y del 13,9%, en diciembre. En cambio, en septiembre, justo después de los atentados, el número de turistas aumentó el 6,1%.