Hay lugares donde todavía es difícil acceder si eres una mujer, por ejemplo, los consejos de administración de las grandes empresas. A pesar de la regulación que se ha hecho con la ley de igualdad de 2007 y el real-decreto ley 6/2019, expresamente enfocado a garantizar la igualdad en el seno de las empresas, las mujeres siguen chocando con el techo de cristal cuando llega el momento de ascender. Según un nuevo estudio elaborado por el Observatorio da, empresa, economía de la Cambra de Comerç, solo el 12% de las grandes empresas catalanas, más de 2.000 compañías, cumplen con la obligación de contar con un 40% de mujeres en sus consejos administrativos.
Se trata de un porcentaje que se ha mantenido casi inamovible desde el año 2015. Ha habido pequeños cambios porcentuales, pero ninguno ha marcado el inicio de una nueva tendencia hacia una mayor. Desde hace siete años el número de mujeres en los consejos administrativos se mantiene en torno al 12%, un hecho que remarca la existencia de un techo de cristal. Para Carme Poveda, la autora del estudio, este es un indicador de que la ley de igualdad de 2007 no está repercutiendo en este sector.
Sin embargo, Poveda destaca la deferencia en los porcentajes si ampliamos la mira e incluimos otras empresas más pequeñas. Si ampliamos la muestra podemos ver que en el conjunto de las sociedades mercantiles estudiadas para elaborar el informe, casi 190.000, la presencia femenina en los consejos de administración es del 25,3%, un porcentaje que crece hasta el 29,8% en el caso de las empresas públicas. Si bien se trata de una mejora todavía queda lejos del 40% deseable para poder hablar de una representación paritaria.
Presencia segregada
Si llegar a los cargos dentro de las empresas ya es todo un hito, la segregación por género se mantiene una vez se ha llegado a las cotas más altas de una compañía. Según los datos del Observatorio, las mujeres en cargos directivos se encuentran relegadas a unos ámbitos muy concretos de la empresa privada, aquellos tradicionalmente más feminizados. Es decir, lejos de trabajos técnicos o relacionadas con las TIC, si no concentradas en recursos humanos, publicidad o marketing.
Esta situación todavía se magnifica si nos fijamos únicamente en las empresas versadas en tecnología, sector que históricamente ha relegado la presencia femenina, ya no solo entre sus altos cargos, sino en gran parte de la industria. En estos casos las mujeres vuelven a estar concentradas las áreas funcionales comentadas antes, pero en porcentajes todavía más desiguales.
¿Qué se puede hacer?
Ante estos datos estancados y encorsetados por el conocido como techo de cristal es posible preguntarse: ¿se puede hacer estos casos? Pues desde el Observatorio han ejemplarizado las experiencias en otros países europeos como Francia o Bélgica, acompañan sus normativas con sanciones a diferencia de lo que sucede en el Estado, donde son más bien recomendaciones. "Con las recomendaciones se va más lento", reconoce Poveda y añade: "Si actuamos por la banda ancha, la de la regulación, habría un efecto lluvia, se acabaría traduciendo en qué habría más mujeres en los consejos de dirección".
Desde el Observatorio reconocen que el avance es lento, pero reivindican el camino para alcanzarlo, ya que como ha expresado Anna Mercader, directora de este, "las mujeres tienen un techo de cristal que es antieconómico para un país e injusto".