Durante los días de frío, lo que viene a gusto es llegar a casa y refugiarse de las bajas temperaturas. Los días lluviosos y fríos de los meses de invierno hacen aumentar notablemente los gastos mensuales con la factura del gas por la calefacción, que acostumbra a ser el enemigo de todos los bolsillos. Y no sólo es duro para la cartera, también para el medio ambiente, ya que climatizar una casa supone un gasto energético enorme. Pero hay maneras para calentar el hogar sin dejarse el sueldo y siendo más consciente a nivel medioambiental.

Según los estudios, hasta un 8% de los gases emitidos en las ciudades proviene de los edificios y el sector residencial. De hecho, se estima que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas por el uso de la calefacción y el agua caliente en una vivienda de 100 metros cuadrados (m2) donde viva una familia estándar de cuatro personas llega a las dos toneladas anuales de CO2, cifra que es equivalente a la media de lo que emite un coche por cada 10.000 kilómetros.

Además, la calefacción provoca que la factura del gas se dispare notablemente, aportando una dificultad añadida a la costa de enero. Explicamos a continuación algunas opciones para ser más sostenibles a la hora de climatizar la casa:

· Aislar la vivienda

Una cosa básica para reducir las emisiones derivadas de las calefacciones es el sistema de aislamiento de la vivienda. Tener la casa bien aislada reduce el gasto energético de los sistemas de calefacción, ya que se estima que con un sistema de aislamiento deficiente en ventanas y puertas, o bien en las propias paredes, se pierde hasta un 40% de la eficiencia energética.

A causa de la antigüedad o de una incorrecta orientación de la vivienda, para muchos hogares parece imposible realizar cualquier tipo de cambio para reducir su consumo energético en la calefacción, pero hay varias maneras para conseguir un correcto aislamiento del hogar.

Una de las opciones es haciendo un aislamiento térmico con inyección en cámaras. Este sistema es el que requiere menos cambios en la vivienda, y consiste en la perforación en la cara interior o exterior de la fachada y la instalación de mangueras especiales para colocar el aislamiento térmico en la cámara de aire de la fachada. Este sistema no es posible si no hay cámara de aire en la fachada.

Otra opción es el aislamiento térmico interior con trasdosados, que es una solución bastante óptima si se pretende realizar una reforma integral de la vivienda. Este sistema de aislamiento funciona mediante paneles aislantes de celulosa, corcho o lana de roca, que se colocan directamente en las paredes que dan en el exterior de la vivienda. Estos materiales se recubren posteriormente por paneles de madera, pladuro o ladrillos para ocultarlos. En este caso se pierden unos milímetros de espacio en el interior.

Por aquellas viviendas que tengan suelos o techos en contacto con el exterior, hay que pensar también en aislarlos. El aislamiento de las viviendas mediante falsos techos o suelos con aislamiento y parquet es una opción bastante económica y efectiva. En el caso de haber reconvertido zonas como terrazas o balcones en zonas habitables, es indispensable reforzar el aislamiento de esta parte. Por último, los extra adosados consisten al enganchar sobre la cara interior del hogar paneles aislantes que al mismo tiempo sirvan como base. Para este sistema de aislamiento la mejor opción es utilizar materiales que son aislantes de manera natural, como los paneles OSB fabricados con fibras de madera o los paneles de corcho.

· Renovar la calefacción

Muchos de los sistemas convencionales de calefacción han quedado obsoletos con respecto a los nuevos objetivos y demandas a favor del clima. El 85% de las calderas de las casas son ineficientes. El paso más importante y necesario es eliminar definitivamente los sistemas de calefacción con calderas de carbón y gasóleo de los hogares. Según el tipo de calefacción, el gasto anual varía sustancialmente:

 

Después de haber revisado el aislamiento del hogar, instalar una nueva caldera o sistemas de climatización con biocombustibles, pueden ser opciones útiles para reducir la huella de carbono de los hogares. Hay varias alternativas a la calefacción estándar que tan mal hace en el bolsillo y en el medio ambiente:

  • Calefacción Solar

Este sistema de climatización es el más sostenible de todos. Eso sí, hay que disponer de terrado o tejado para instalar el sistema, ya que requiere de la luz solar. Muchos hogares ya utilizan placas solares para el agua caliente y la calefacción, aunque disponen de un soporte auxiliar para condiciones climáticas bajo las cuales no será posible proveer sólo mediante las placas.

  • Calderas de condensación

Estas calderas de condensación que utilizan la mayoría de hogares, a pesar de funcionar con gas natural, permiten ahorrar hasta un 25% de consumo en energía y emiten un 35% menos CO2 enfrente de las calderas convencionales de carbón o gasóleo. Aunque no son la opción de calefacción más sostenible, sí que suponen una pequeña mejora respecto del impacto que genera el consumo de los hogares en el medio ambiente.

El precio de este tipo de calefacciones va desde los 800 a los 3.000 €.

  • El aire acondicionado como bomba de calor

Aunque a menudo asociamos los aparatos de aire acondicionado con el verano para refrescar los interiores, estos también se pueden utilizar para calentar una vivienda con un coste energético hasta un 25% más bajo que una caldera de gas y hasta el 50% menos del coste de una caldera de gasóleo. No todos los aparatos de aire acondicionado pueden hacerlo, pero los más nuevos ya se fabrican con dos focos: el frío y el caliente.

Se trata de utilizarlo como bomba de calor, que no es más que un aparato que transporta la energía térmica de un ambiente al otro. Se trata de mover calor o frío entre dos estancias y funciona con un compresor para transportar el calor útil de manera más eficiente. Además, las bombas de calor tienen la particularidad que entregan más energía útil en forma de calor que la energía eléctrica que se utiliza para el uso normal, ya que la eficiencia de la bomba de calor en vatios es mayor a la unidad, de manera que por cada vatio eléctrico invertido, recibiremos varios vatios.

El precio de este sistema ronda los 1.000 o 1.500 € y se recomienda instalar en estancias reducidas y contratar un sistema de mantenimiento anual igual que un aire acondicionado.

  • Calefactores eléctricos

También llamados 'de calor azul', los calefactores eléctricos de última generación son la evolución de los antiguos radiadores de aceite. Llevan incorporado un fluido en su interior denominado "sol azul". Calientan las habitaciones rápidamente y de manera efectiva, pero son los más caros de entre las soluciones de calefacción sostenibles si hablamos de coste energético. Aunque el precio de estos radiadores va de los 60 a los 600 €, con este sistema el gasto anual en electricidad de una familia de cuatro personas en un hogar estándar puede ascender a los 900 €. Comparado con la bomba de calor es un sistema mucho menos eficiente.

· Evitar el despilfarro

Las personas también podemos cambiar muchas cosas de nuestro comportamiento diario para ser más sostenibles, también en casa. Aparte de cualquier instalación o montaje de climatización que podamos hacer a nuestros hogares para reducir las emisiones de CO2, hay medidas que podemos hacer a título particular para mejorar la eficiencia energética de nuestros sistemas de calefacción y así evitar un gasto mayor de energía.

Cosas como evitar poner ropa a secar encima de los radiadores, no ventilar las habitaciones durante más de 15 minutos cuando esté la calefacción puesta o bien una cosa tan simple como dejar el aparato de aire encendido cuando no está en casa, son medidas que podemos hacer para conseguir una climatización más eficientes y sostenibles. También mantener el termostato regulado y bajar un grado la temperatura de la calefacción pueden suponer entre un 7 y un 11% de ahorro de energía.