El presidente de Turisme de Barcelona, Eduard Torres, ha afirmado este viernes en una entrevista en RAC1 que prevé que esta temporada sólo pueda llegar a abrir el 30% de la planta hotelera de Barcelona. Según Torres, a pesar de la apertura de fronteras, actualmente los establecimientos tienen "ocupaciones muy bajas" y aunque se ha notado un "interés", se parte de muy abajo. "Será un verano muy duro", ha admitido, añadiendo que ya estará satisfecho si llegan a abrir unos 125 de los 450 hoteles de la ciudad.
Torres ha remarcado que los que abren lo hacen asumiendo pérdidas para intentar dar "una imagen de normalidad" que es muy necesaria. Según Torres, el plan del Gobierno va "en la buena dirección", pero es "sólo el aperitivo" de las ayudas que hacen falta.
En este sentido, el presidente de Turismo de Barcelona ha indicado que el sector ahora está centrado al intentar "aguantar el golpe" del coronavirus, que calcula que puede llegar a los 8.000 millones de euros en la ciudad y poner en riesgo 90.000 puestos de trabajo.
Torres ha dicho que "se han tomado algunas medidas positivas para las empresas", como los ERTE o las líneas de liquidez del ICO, pero ha avisado de que los problemas pueden llegar en el 2021, cuando estas medidas se agoten pero las reservas sigan todavía en niveles muy por debajo de los habituales.
Según el presidente de Turisme de Barcelona, los visitantes locales tendrán un efecto pequeño en la situación del sector, ya que la capital catalana habitualmente recibe a un 83% de los turistas por avión. En este sentido, ha pedido apostar por hacer de Barcelona un "destino seguro" con una "imagen de normalidad".
Torres ha dicho que con el coronavirus hace falta que todo el mundo tome conciencia de que el turismo "no es cosa del sector turístico, sino de la ciudad", y ha pedido crear un gran consenso para atraer turistas de calidad a través de proyectos de colaboración público-privada.
En este sentido, ha dicho que si hasta ahora se debatía sobre las consecuencias negativas del turismo para la ciudad, ahora está "la oportunidad de ponerlo en valor" y hacer "un debate más equilibrado de las cosas buenas" que tiene, potenciando al mismo tiempo a los visitantes que ofrezcan "la menor disrupción y la mayor aportación".