El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, ha asegurado que la economía catalana ha demostrado tener capacidad para superar la inestabilidad política, y ha afirmado que las empresas que movieron su sede social fuera de Catalunya lo hicieron "por cuestiones psicológicas". "Se movieron por temas que no tenían nada que ver con la situación económica, sino que era más por cuestiones psicológicas", ha manifestado en una entrevista de Europa Press.
"En un momento determinado pudimos pensar que podía haber algún descalabro político, pero hubo un momento en que vimos que la estabilidad económica era un hecho y que aquí no se movía nada, y lo vimos porque las grandes multinacionales aquí no se pusieron nerviosas", ha añadido.
Valls también ha justificado que las entidades financieras decidieron trasladar sus sedes para mantenerse bajo el control del Banco Central Europeo (BCE) y que otras lo hicieron "por temas comerciales" y ante posibles boicots.
Ha considerado que el decreto del gobierno español para facilitar los cambios de sede, sin necesidad de reunir a la junta de accionistas, se aprobó "para ayudar a los bancos", aunque ha sostenido que estas decisiones deben tomarse por parte de la junta y no del consejo de administración, ya que los accionistas son los propietarios de las empresas.
Valls ha argumentado que, con las actuales tecnologías de la comunicación, el efecto de tener la sede en Barcelona o en Madrid no es significativa para el funcionamiento de la empresa, aunque los traslados de domicilios sociales sí que suponen también una pérdida de los gastos vinculados a la celebración de los consejos de administración y las juntas. "También es cierto que las empresas, una vez toman una decisión, volver atrás es difícil", ha añadido, y ha augurado que difícilmente la mayoría de las empresas volverán a mover su sede a Catalunya.