El precio de la gasolina ya ha llegado a máximos históricos y muchos países se han visto obligados a tomar medidas para reducir el precio que pagan los ciudadanos. Aunque depende de cada territorio, casi la mitad del precio que pagamos por los carburantes son tasas. Y aunque pueda parecer sorprendente, España es una de las regiones europeas donde menos impuestos hay sobre los combustibles. ¿Qué pagamos cada vez que llenamos el depósito?

En el estado español la gasolina tiene varias tasas. La primera es el impuesto especial en los hidrocarburos, que es una cantidad fija que se aplica a cada litro de combustible. Para la gasolina es de 47 céntimos el litro y para el gasóleo de 38 céntimos. Por lo tanto, este impuesto no cambia según el precio de la gasolina. Si bien antes las autonomías tenían cierta competencia para modificarlo, desde 2019 es un impuesto nacional único. En eso hay que sumar también el tramo especial de este impuesto que ahora es de 13 céntimos. Por otra parte, en España los combustibles también están sujetos al IVA, que en este producto es el más elevado, del 21%. Así pues, cuando sube el precio de la gasolina también sube la recaudación del Estado.

De esta manera, actualmente, por cada litro de gasolina que se consume en España, el 47% corresponde a impuestos. En el caso del diésel es del 43% por cada litro. Aunque pueda parecer una tasa muy elevada, el cierto es que en el 2019 ya hubo una rebaja de casi 10 puntos y España se encuentra entre los países europeos con que menos recaudan con este impuesto. La media de la Unión Europea es de un 52% y un 46%, respectivamente, y en algunos países como Grecia o Países Bajos los impuestos llegan hasta el 60%.

Las medidas en algunos países

 

Ante el aumento desorbitado del precio de la gasolina en las últimas semanas muchos países ya han tomado medidas urgentes. Portugal, Irlanda o Polonia han optado por la bajada de impuestos en los combustibles; Francia, ha anunciado que subvencionará 15 céntimos de cada litro de carburante y hay casos más sorprendentes como el de Nueva Zelanda. Allí, la primera ministra ha anunciado la reducción de la tasa que se queda el estado por cada litro, pero además ha tomado otras medidas para aliviar la subida de precios que sufren los hogares: recortar a la mitad las tarifas del transporte público durante tres meses para incentivar el uso y compensar la subida de los carburantes, reducir las tasas por circular por las autopistas y ha aprobado un paquete de medidas que incrementan las subvenciones familiares y las aportaciones a los fondos de pensiones, entre otros.