"Ni más ni menos que un nuevo Plan Marshall del siglo XXI" tiene que ser desarrollado para la reconstrucción económica de Ucrania, han subrayado el canciller alemán, Olaf Scholz, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un artículo para el Frankfurter Allgemeine Zeitung. El llamamiento se hizo ayer a través de este diario, pero hoy se ha reforzado con las declaraciones de Sholz. Ambos han descrito el apoyo económico para Ucrania como "una tarea generacional que tiene que empezar ahora".

Si miramos el calendario, mañana martes, la Unión Europea celebrará la conferencia sobre la reconstrucción, donde participarán representantes de organizaciones internacionales ucranianas y la misma sociedad civil. Los políticos destacan la importancia a largo plazo de "que donantes privados y compañías inviertan en la reconstrucción de Ucrania". De hecho, uno de los primeros lugares donde se impulsó la reconstrucción desde el punto de vista económico de este país está en la última edición del BNEW, la Barcelona New Economy Week, celebrada este octubre por el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona donde se pusieron las líneas de grandes oportunidades en materia inmobiliaria.

Ucrania, paralela a la UE

Von der Leyen considera que "el camino de la reconstrucción es también el paso a seguir por Ucrania hacia la UE". Dar apoyo en Ucrania no es sólo un "derecho" de los países europeos, sino también "es de nuestro interés" porque, según los funcionarios europeos, este país también "defiende la orden internacional basado en reglas, la base de nuestra coexistencia pacífica y prosperidad a nivel global." Así pues, la conclusión es evidente: si se ayuda Ucrania, se forma el futuro de la Europa común, han concluido a estos dos líderes.

Por su parte, este lunes, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha hecho un llamamiento a las empresas de su país a invertir en Ucrania. "La reconstrucción de Ucrania "ocupará una generación, porque ningún país, ninguna organización, podrá emprender la tarea por sí mismo", ha aseverado el líder alemán, delante del Foro Económico Alemán-Ucraniano, celebrado en Berlín. La cita, que precede la Conferencia Internacional de Expertos para la Reconstrucción de Ucrania que abrirán mañana Scholz y la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen. Actualmente ya son 2.000 las empresas alemanas activas en Ucrania, ha afirmado Scholz, que están interesadas. "Quien apoya ahora Ucrania, lo hace a un futuro miembro de la UE", ha apuntado a Scholz, para quien estas inversiones tienen que ir orientadas tanto al sector energético, como a las infraestructuras, la digitalización o el sector sanitario.

¿Cuánto costará?

La lucha de Ucrania contra la invasión iniciada por Rusia ahora hace exactamente ocho meses es "la lucha para la libertad y el orden democrático en Europa", ha recordado al canciller. Desde el inicio de la invasión, el 24 de febrero, Alemania ha recibido casi a un millón de ucranianos, que se han unido al colectivo de ciudadanos con este mismo origen que ya vivían en el país. Muchos "quieren lógicamente volver a su país" cuando eso sea posible y se convertirán así en un "puente" entre los dos países en la tarea de la reconstrucción nacional. El Foro Económico Alemán-Ucraniano cuenta con la intervención del primer ministro ucraniano, Denys Schmyhal, que estimó en unos 750.000 millones de dólares el coste que implicará la reconstrucción de su país, una tarea que valoró como "una gran oportunidad" para la empresa privada.

"Ucrania necesitará las empresas europeas para hacer realidad su reconstrucción", dijo Schmyhal, después de agradecer en Alemania tanto el apoyo militar que presta, especialmente con su aportación de sistemas de defensa antiaéreos de última generación, como la ayuda financiera. En less últimas semanas, Rusia ha concentrado sus esfuerzos en los ataques contra infraestructuras críticas y contra el sector energético ucraniano y desde Alemania avisan: "Rusia está atacando nuestra infraestructura. Nosotros resistimos, hacemos frente", ha apuntado Schmyhal. El objetivo del Kremlin, ha sentenciado, "hacernos energéticamente más dependientes e imponer su dominio por este camino al mundo".