Todavía es poco habitual ver a alguien con un smartphone Xiaomi. Hasta hace unos meses, como mucho un año, sólo los interesados en el sector conocían los productos de esta potente startup china. La razón es muy sencilla: Xiaomi no gasta ni un dólar en marketing y vende sólo bajo demanda, a través de su web. Son los mismos expertos y usuarios los que le han hecho la publicidad desde que se fundó, colgando vídeos en Youtube comparando sus prestaciones con los móviles más populares del mercado, probando la cámara, midiendo el grosor y comprobando el peso. El lanzamiento de su nuevo modelo, el Mi5, en un acontecimiento global a tres bandas -Nueva York, Barcelona (en el Mobile World Congress) y Nueva Delhi- ha sido un golpe de efecto ideado por su vicepresidente internacional, extrabajador de Google y portavoz de Android, el brasileño Hugo Barra. De hecho, en el MWC no tienen ni siquiera expositor.
Precios imbatibles
Esta filosofía les permite ofrecer precios difíciles de superar: el modelo de gama alta de Xiaomi no llega a los 400 euros, mientras que el que ha presentado la coreana Samsung ronda los 700 euros y los de LG y Huawei, con precio todavía para confirmar, no se espera que sean mucho más baratos. Así han conseguido superar durante mucho tiempo en ventas de smartphones a Huawei, que hoy por hoy le ha arrebatado el liderazgo, y ser el cuarto fabricante en todo el mundo, desbancando a LG.
Salto internacional
Aunque su plan de expansión fuera de China es todavía un misterio del que se niegan a hablar, el acontecimiento de estreno global de su Mi5, esperando al tercer día del Mobile World Congress para generar la expectación adecuada, hace pensar que su irrupción en el mercado internacional es inminente. Especialmente después de que su crecimiento en su país de origen se haya desacelerado. Algunas informaciones apuntan a que Barra ya ha establecido los primeros contactos para entrar con fuerza en su país, Brasil, y que se plantea empezar a vender offline, estableciendo acuerdos con minoristas y por medio de sus propios establecimientos para poder mantener sus precios.
El esperado Mi5
El Mi5 ha conseguido dejar con la boca abierta a sus clientes, mayoritariamente chinos, que han protagonizado en el MWC un fenómeno fan muy similar al de los amantes de la marca de la pequeña manzana. Llevaban dos años esperándolo. Saldrá al mercado en tres versiones diferentes, de las cuales la de más alta gama sigue siendo mucho más barata que los competidores iPhone 6 o Samsung Galaxy S7. Lleva el procesador más potente del mercado de la telefonía móvil, Qualcomm Snapdragon 820, de 1,8 GHz en el caso de la gama más baja y de 2,15 GHz en el caso de la media y alta. También tienen una poderosa memoria RAM, de 3GB en el caso de los dos móviles más económicos y de 4GB en el caso de la versión pro. Además, cuentan con una memoria interna de 32GB el más barato y de 64GB los dos siguientes.
El precio de la versión más sencilla será de 1.999 yuanes chinos (unos 277 euros), mientras que el de gama media valdrá 2.299 yuanes chinos (319 euros) y el más avanzado, 2.699 (374 euros).
La posición de la cámara emula a la del iPhone 6 y el bloqueo de pantalla con huella dactilar es similar al del Samsung Galaxy S6. Además, Xiaomi ha reducido la proporción de la pantalla respecto al cuerpo del móvil, que en total pesa 129 gramos, como un iPhone 6. Este peso incluye la batería, una de las más duraderas del mercado, especialmente si se utiliza con la versión 6.0 Marshmallow de Android, que optimiza energía.
Acusaciones de copia
Los blogueros especializados le han reprochado un diseño poco innovador, a medio camino entre los últimos modelos de Apple y Samsung, cosa que algunos han atribuido a una falta de personalidad y ha puesto en bandeja a los fans de otras marcas la acusación de hacer falsificaciones baratas. Incluso Hugo Barra, que ha llegado a la presentación en el MWC a bordo de un moderno patinete hooverboard de una de las marcas que ha comprado Xiaomi (saben que dedicarse íntegramente a los smartphones no es rentable), Ninebot, recuerda el espíritu carismático joven y emprendedor de Apple. El mismo director de la compañía china, Lei Jun, ha cultivado un personaje de él mismo que muchos asocian a Steve Jobs por la manera de vestir, hablar y gesticular. Con la diferencia de que no habla inglés -la presentación la ha hecho íntegramente en chino.
Otros le valoran haber puesto de manifiesto hasta qué punto el precio de los smartphones como los de Apple, que también fabrica en China, puede radicar en el marketing. Ha demostrado que se pueden fabricar smartphones funcionales y cuidadosamente diseñados a un precio mucho más económico de lo que ofrecen el resto de compañías. Incluso en los Estados Unidos esta marca ha suscitado gran interés. Y eso a Apple no le está haciendo ninguna gracia.