"La independencia no es un buen negocio para Catalunya" y sería "negasta" para el País Valencià, ha asegurado el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, en el compás final de la ponencia "Competitividad mediterránea y gestión de la diversidad" en el Cercle d'Economia. Entre los asistentes ha sorprendido la presencia del expresident Jordi Pujol con el que tanto Puig como el presidente del Cercle, Antón Costas, han estado conversando distendidamente durante un par de minutos.
Pujol no hacía ninguna aparición pública desde el agosto pasado cuando asistió al funeral del expresidente de ERC, Jordi Carbonell. Tampoco se lo han perdido el líder del PSC, Miquel Iceta, la secretaria de organización del PSC, Assumpta Escarp, o el presidente del Banc Sabadell, Josep Oliu, entre otros.
Romper el hielo a pesar de los insultos
Más concretamente, Puig ha analizado la realidad catalana sin ninguna voluntad de ocultarla ya que según su opinión, es fundamental normalizar la relación entre Catalunya y el País Valencià. Y aunque su encuentro con el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, le ha costado "páginas enteras de insultos", Puig apuesta por seguir rompiendo el hielo y "tener una buena relación con Catalunya".
En este sentido, también ha recordado que le dijo a Puigdemont que todavía hay muchas cosas para discutir y acordar desde una comunicación "fluida y permanente". Y aunque Puig no es partidario de la independencia de Catalunya, ha reiterado su respeto absoluto a "cualquier idea de cualquier persona que sea democrática y atienda a los derechos humanos". Todavía más, considera que "se acabará votando."
Catalunya y el País Valencià representan el 37% de las exportaciones y dadas estas sinergias económicas, Puig ha defendido la normalización como primer paso "para evitar que se nos pase el arroz". Hasta el momento, la situación era "incomprensible" y por ello, "se tiene que trabajar conjuntamente, al menos en la cotidianidad" ya que según el president valenciano, el compromiso de Catalunya es "exigible". Y de cara al futuro, ya se verá porque "en un mundo tan globalizado, la gobernanza y los límites del gobierno son enormes". "Estamos ante soberanías compartidas", ha concluido sobre Catalunya.
Rechazo a las primarias de Sánchez
¿Pedro Sánchez o Susana Díaz? "Probablemente ninguno de los dos", ha asegurado Puig. Y es que considera que cada uno tiene "su propio criterio, pero uniformizar las críticas es muy preocupante". "Una cosa es la gestión de la diversidad de un partido y la otra la gobernabilidad de España, que es la prioridad", ha añadido. Más concretamente ha avanzado que votará en contra del plan en el comité federal del PSOE del próximo sábado ya que considera que "no ha cambiado nada para cambiar la decisión, para avanzar un proceso interno." O lo que es lo mismo, fomentar el tejido institucional y social entre ambos territorios.
Pero lo que más le duele no son los críticos o las divisiones internas en las que prefiere no tomar partido sino este término que desde Madrid han acuñado como "los barones". Y, ¿cómo salir de todo ello? Reconociendo la diversidad, evitando las etiquetas y sin caer en la trampa de situarse allá donde los otros quieren pero sobretodo "armonizando miradas distintas". En definitiva, "clarificar todos los escenarios posibles de salida." Y una vez dado el diagnóstico, su "fórmula" es la siguiente: reformar la Constitución, un Senado federal, una presencia equilibrada entre las instituciones, cooperación entre administraciones y reforma del financiamiento autonómico.