Mohamed VI le ha dado a Pedro Sánchez lo que se conoce como el abrazo del oso. La actitud del sátrapa marroquí después de que España renunciara a un referéndum en el Sáhara Occidental, y rompiera una tradición histórica de defensa de los intereses del Frente Polisario, ha sido calificada por el monarca de responsable, y ha aplaudido la nueva posición española una vez ha asumido la marroquinidad del Sáhara. Cuando aún escuece el abandono a su suerte del Frente Polisario, Mohamed VI se ha pronunciado por primera vez tras la renuncia española y lo ha hecho sacando pecho de las flaquezas de Sánchez y elogiando el papel de Estados Unidos y de su administración, dando así una pista de por dónde deben haber cogido al presidente del gobierno español.
El que ya es, sin duda, el mayor error estratégico en política internacional del gobierno de Sánchez continúa dando mucho que hablar y a falta de explicaciones convincentes desde la Moncloa, lo que emerge es una enorme pérdida de influencia y capacidad en el norte de África. Es evidente que Mohamed VI no se conformará con el Sáhara Occidental y que tan solo es un primer paso, una vez ha constatado que posiciones que parecían inamovibles se pueden ver alteradas en cuestión de días o de semanas.
Además, está Argelia, que si primero solo mostró su enfado, ya ha empezado a enseñar las uñas a España. La preeminencia en la compra del gas que tenía la península Ibérica se ha desplazado a Italia, que ha conseguido un aumento de la producción que recibía y un mejor precio, haciéndose buena aquella frase de Lord Palmerston de que los Estados no tienen amigos, solo tienen intereses. ¿Cuál es el interés de España? Con la crisis energética que hay, el primer objetivo tendría que haber sido no dejar desarbolado el flanco argelino, y se ha hecho justo todo lo contrario. Tanto es así, que nuestra dependencia del gas que nos vende Estados Unidos ha aumentado y la factura que estamos pagando es mucho más cara que antes. Pero claro, si se cierra Argelia, bien tendremos que comprar en algún sitio.
No deja de ser sorprendente que haya sido con un gobierno socialista en la Moncloa que Estados Unidos haya conseguido doblegar la posición española y tenga que escuchar mensajes de Mohamed VI que no dejan de ser una humillación, y con lo que no hace otra cosa que demostrar que en las relaciones entre ambos países el ritmo lo marca siempre Rabat. El Frente Polisario tiene razón cuando señala que las palabras del monarca dejan en mal lugar la posición española. Veremos cómo agradece la administración Biden a Sánchez el favor y si se trata, como se ha insinuado y se ha publicado, de un importante puesto en Bruselas.
Sea como sea, el silencio y la falta de explicaciones convincentes desde la Moncloa, lo que hacen es alimentar especulaciones y, eso, seguro que no es bueno.