Desde este viernes, las principales restricciones que aún estaban vigentes en Catalunya como consecuencia de la Covid 19 desaparecerán y se recuperará el 100% del aforo en el deporte al aire libre (incluidos los estadios de fútbol), los equipamientos culturales y los bares y restaurantes. Al final, la Generalitat ha dado su brazo a torcer y se alinea con la mayoría de autonomías que ya habían acabado a finales de septiembre con las restricciones ante la buena evolución de la vacunación y el retroceso en las ocupaciones de camas hospitalarias y de ingresados en la UCI.
Se da así el salto definitivo para que todo el engranaje productivo vuelva a funcionar a buen ritmo después de tantos meses de aperturas, restricciones, nuevas aperturas y cierres imprevistos. Ahora sí que se puede señalar que pasamos de la nueva normalidad a una situación que se asemeja, más que en ningún otro momento, al inicio del coronavirus. Y con ello la fase de emergencia en que se encontraba Catalunya pasa a fase de alerta.
El anuncio del president Pere Aragonès se produce en un momento en que la economía española vuelve a dar síntomas preocupantes y que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya rebajado este mismo martes cinco décimas el crecimiento que pronosticó en julio dejándolo en el 5,7% y también en medio de enormes incertezas por el precio de la energía, la crisis de la inflación y las turbulencias procedentes de China en medio de enormes debates sobre si el país asiático se encuentra en puertas de una enorme crisis inmobiliaria.
Seguirá siendo necesaria la mascarilla en espacios cerrados y no llegan a recuperar el 100% del aforo los acontecimientos deportivos de interior (80%) y locales de ocio nocturno (70%), donde sigue siendo necesario el certificado covid. Por cierto, tantos meses de espera para que entrara en vigor parece que no han sido suficientes para que no tuviera todos los errores que presenta con ciudadanos catalanes vacunados en otros países, muchos de ellos jóvenes en Erasmus y que fueron vacunados en terceros países, que no consiguen emitirse el dichoso papel.
A la buena noticia que supone el final de las restricciones solo le falta una mayor sensibilización de la población que aún no se ha vacunado. Los expertos creían que el certificado covid en el ocio nocturno haría que las franjas de edad con porcentajes con menor vacunación acudieran finalmente a inocularse. No ha sido así y el porcentaje con la pauta completa se sitúa en el 82% en mayores de 12 años y en el 73,1% en el conjunto de la población, siendo la más baja, entre 20 y 34 años, con alrededor del 65% de los jóvenes vacunados. Son buenas cifras en comparación con otros países de nuestro entorno como Alemania o Francia pero aún insuficientes para alcanzar una situación del todo tranquilizadora.