Hace días que la prensa internacional habla y habla de España, la represión policial y judicial contra el independentismo catalán, los indultos concedidos a los nueve presos políticos —que no son otra cosa que la confirmación de la anomalía catalana puesta de manifiesto la semana pasada por el Consejo de Europa—, y la situación anómala y extraña del profesor Andreu Mas-Colell como icono de fama mundial de la inconsistente persecución económica que tiene anunciada el Tribunal de Cuentas español a partir del próximo 29 de junio en una nueva oleada represiva.
El que fue conseller de Economía de la Generalitat ha recibido esta semana el apoyo de 33 premios Nobel de Economía, junto a otros economistas destacados; también de la Asociación Económica Europa. En síntesis, lo que persigue el Tribunal de Cuentas, un organismo desacreditado por endogámico y politizado, es la muerte civil de una treintena de personas a partir de exigirles una fianza millonaria por la acción exterior de la Generalitat entre los años 2011 y 2017. La fianza la tendrían que depositar a partir de bienes embargados, el dinero que posean en cuentas corrientes o, incluso, las nóminas laborales y, en todo caso, cuando se cerrara el caso, si el dictamen les diera la razón, la recuperarían.
Es obvio que lo que ha llevado a cabo el Tribunal de Cuentas es una gran chapuza y una persecución. El propio análisis de la acción exterior de la Generalitat a partir del año 2011 es del todo sorprendente, ya que aquel gobierno de Artur Mas lo hacía con el apoyo parlamentario del Partido Popular. A partir de 2013 el PP ya no estaba en la ecuación parlamentaria y el acuerdo era CiU-ERC. No fue hasta enero de 2016 que se conformó un Govern nítidamente independentista en Catalunya y Mas-Colell ya no era conseller.
Un diario nada sospechoso de veleidades independentistas como el Frankfurter Allgemeine informaba hoy a sus lectores de la persecución que padece el exconseller. Destacan su vertiente académica como profesor por las Universidades Harvard y de Berkley, y le sitúan como un modelo a seguir por todos los científicos en el exterior. El hecho de que pueda perder "no solo su fortuna, también su casa y la pensión" es motivo de estupor para el rotativo.
La burda actuación del Tribunal de Cuentas es una más del nivel de ensañamiento con el independentismo. Lo situación de Mas-Colell ha servido para atraer el foco internacional y para desacreditar un poco más las instituciones del Estado español. Hay una especie de fenómeno bola de nieve con el descrédito de España: la comparación con Turquía del Consejo de Europa ha hecho daño y ha abierto de nuevo el debate sobre si se puede esperar algún tipo de acción por parte de la Comisión Europea.