Cuesta de entender que la respuesta de la administración a la preocupación creciente que hay respecto a la educación de los jóvenes en muchas franjas de edad sea la supresión de materias educativas que, durante mucho tiempo, se han considerado troncales para la formación. Es más, desde hace muchos años existe la impresión que el resultado de cada modificación que se realiza supone un paso atrás, ya que se sustituyen materias cuyo conocimiento es fundamental para la cultura y la educación de un o una joven por asignaturas mucho más flexibles y manejables. Ahora hemos sabido que la literatura catalana y la castellana pasarán a ser optativas de primero en el bachillerato humanístico y que las materias científicas se fusionarán. Sinceramente, no sé cómo va a ayudar a uno de los problemas fundamentales que tienen los jóvenes de hoy en día y que se revela como una dificultad en todos los estudios de lectoescritura que literatura catalana y castellana pasen a ser optativas y tampoco acabo de entender cómo pueden unificarse física y química.
La discutible decisión de la Generalitat tiene, además, en el caso que nos ocupa de Catalunya un componente añadido que no podemos dejar de lado, aunque desde el Departament d'Educació se señale que se deben realizar los cambios como consecuencia de la aplicación de la Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), aprobada en diciembre del año pasado. Hasta ahora, eran materias de modalidad de segundo de bachillerato y eso conllevaba que si los alumnos querían acabar entrando en una carrera universitaria de humanidades tuvieran que apuntarse y hacer la asignatura, porque de lo contrario tenía consecuencias negativas. Pero, en el futuro, un alumno de bachillerato humanístico podrá graduarse, por ejemplo, haciendo el mismo nivel de literatura que el bachillerato científico. Es un gran contrasentido. Por no hablar de una cuestión que no puede dejarse de lado en nuestro país, en el que la nación se configura a partir de la lengua y la cultura catalana como columna vertebral.
¿Qué grado de sentimiento y de conocimiento de la cultura propia del país se puede tener descabezando en la educación humanística el conocimiento de la literatura catalana?
¿Qué grado de sentimiento y de conocimiento de la cultura propia del país se puede tener descabezando en la educación humanística el conocimiento de la literatura catalana? ¿Nadie leerá obligatoriamente escritores contemporáneos como Mercè Rodoreda, Vicent Andrés Estellés, Josep Pla, Salvador Espriu o Joan Fuster? ¿Pero qué estamos haciendo, hacia dónde vamos? La Asociación de Escritores en Lengua Catalana (AELC) ha pedido una rectificación inmediata al Ministerio de Educación y al Departament d'Educació de una decisión que consideran totalmente arbitraria y no consensuada con los representantes del sistema literario, y piden al departament que se mantengan fieles a los compromisos adquiridos en el Pla Nacional del Llibre i la Lectura a Catalunya. El siempre incisivo Màrius Serra, por el que profeso un afecto especial y que tanto ha contribuido a divulgar desde todas las áreas del conocimiento la lengua catalana, sintetizaba: "Acabarán eliminando la enseñanza".
Este 2024 se celebra el centenario de la muerte de Àngel Guimerà (1845-1924), el dramaturgo y poeta en lengua catalana, nacido en Santa Cruz de Tenerife, que ha gozado de mayor proyección internacional. Tanto es así que el Departament de Cultura de la Generalitat, junto al ayuntamiento de El Vendrell, población que acoge la Casa Museo Àngel Guimerà y de donde era su padre, han organizado un programa de actos con gran diversidad de propuestas. También celebra la Generalitat los cien años del nacimiento de Vicent Andrés Estellés, uno de los poetas con una evidente incidencia social en sus versos, además de cronista de los tiempos más oscuros de la larga posguerra y el franquismo. Más tarde, de los momentos más difíciles de persecuciones lingüísticas y culturales en el País Valencià. No es el único centenario de nacimiento que celebra la Generalitat, ya que también está el de Joan Salvat-Papasseit, máximo representante de la poesía vanguardista en lengua catalana. Curioso país este, en el que celebramos años literarios con la pompa que realmente se merecen y, por detrás, nos cargamos la enseñanza en el bachillerato.