El Cercle d'Economia, uno de los foros más significativos de la sociedad civil catalana, ha dado a conocer este miércoles uno de sus regulares documentos de Opinión sobre la financiación y las insuficiencias económicas de las comunidades autónomas. El texto lleva por título La reforma del sistema de financiación: una oportunidad social, económica y política y pese a ser muy prolijo —tiene doce páginas—, esquiva muchas de las cuestiones fundamentales sobre las que hay un cierto consenso en Catalunya, desde los que defienden una financiación singular hasta el concierto económico, y tiene una "mención especial" hacia la Comunidad de Madrid, que no gustará a su presidenta Isabel Díaz Ayuso.

Aunque el Cercle siempre mira de tener una posición alejada del debate político y situada en el marco de un centrismo a la vieja usanza, el tema en cuestión daba para bastante más. No en balde estamos hablando de un tema capital en el que incluso las dos patronales catalanas, Foment del Treball y Pimec, y también la vallesana Cecot, han ido algunos pasos más adelante. La Opinión del Cercle resalta una obviedad, como que hace más de diez años que el modelo está caducado —venció en el año 2014— y que no funciona. Una de las consecuencias de todo ello para esta entidad es que esta situación anómala no es inocua, ya que va oxidando el sistema de funcionamiento del estado de las autonomías.

El café para todos puede ser políticamente muy correcto, pero es la garantía de que la situación actual se cronifique aún más en los años venideros

Por ello insta a que después de una década de retraso no se puede aplazar más, y tampoco se puede desaprovechar la oportunidad de un salto adelante, que debe hacerse "con voluntad constructiva, ya que el autogobierno de Catalunya, y a la vez todas las comunidades autónomas sin excepción, tendrían que salir reforzadas y también el mecanismo de solidaridad entre sí". Para llevar diez años de retraso y a la vista de las deficiencias actuales y de como estrangula el crecimiento de Catalunya, es una apuesta bastante light. Las cosas concretas, como condonar parte de la deuda a las administraciones autonómicas, así en general, ya se está haciendo y el refuerzo de la Agencia Tributaria de Catalunya también está encima de la mesa. 

Por las razones que sea, parece que este observatorio ha pretendido utilizar más unos prismáticos que unas gafas a la hora de abordar la carpeta de la financiación. Si miramos de encajar la posición del Cercle con la del hemiciclo del Parlament, no representa ni la posición moderada del PSC, Esquerra y comunes que quieren una financiación singular para Catalunya y para ello se firmó el documento de investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat, ni tampoco la que sería la posición más extrema del concierto económico, defendida por Junts. El PSOE seguramente se debe sentir más cómodo y también el PP, que no veo como podría criticar el documento si no se fija específicamente en el tema de la Comunidad de Madrid.

Aquí sí que el Cercle abre un debate interesante sobre los beneficios que obtiene Madrid por el hecho de ser la capital y la concentración de actividad económica que el modelo institucional genera y que es de corte marcadamente centralista. A ello se suman dos cosas más, la concentración desproporcionada del empleo público estatal con los diferentes ministerios y el "sesgo significativo y crónico" en la contratación pública a favor de las empresas con sede en Madrid y la concentración de infraestructuras estratégicas. Comparto este último punto del Cercle, que acaba haciendo escandalosa cualquier comparación entre Catalunya y Madrid, sea con gobiernos del PP o del PSOE. Por todo ello, se explica desde Rodalies hasta unas infraestructuras muy deficitarias y muy alejadas de la contribución de Catalunya al PIB español.

Pero defender un cierto café para todos puede ser políticamente muy correcto, pero es la garantía de que la situación actual se cronifique aún más en los años venideros.