La campaña de los socialistas, incluido el acto de cierre del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Barcelona, acaba de tropezar con varios casos de aquellos que no desea ningún candidato en la recta final y a pocas horas de las elecciones del 28 de mayo. Una auténtica pelota de mierda sobre el tejado de los socialistas, que va a emponzoñar las horas que restan hasta que los ciudadanos depositen su voto en las urnas y que abarca desde diversos casos de compra de votos —desde Murcia hasta Almería— con dirigentes del partido detenidos en ambas comunidades autónomas. Por si eso no fuera suficiente, el secretario de Organización del PSOE de Andalucía y número tres del partido en aquella comunidad autónoma, Noel López, se ha visto implicado estas últimas horas en el intento de secuestro de una concejal de su partido en Maracena (Granada) para intentar silenciar una denuncia de corrupción que esta quería presentar. En el auto del juez que lleva el caso y notificado este jueves a las partes, hay indicios suficientemente relevantes de la participación activa de Noel López en el intento de secuestro y en el que también habrían participado la alcaldesa y el responsable de Urbanismo de Maracena.
La campaña del PSOE acaba de entrar definitivamente en el fango de la sospecha de irregularidades y, por lo que parece, sin material suficiente para revolverse contra sus adversarios. Cuando no es compra de votos prometiendo 100 euros o un contrato de trabajo, que es la situación de Mojácar, es la detención de la candidata a la alcaldía en un municipio de Murcia, habiendo hasta 13 detenidos en un municipio de 1.300 habitantes. No es extraño que en medio de todo este lío en el sur de España, Sánchez haya optado por Catalunya —Tarragona y Barcelona— para el cierre de su campaña, rompiendo así la tradición socialista de que las elecciones se cerraban en Madrid y Sevilla, dos plazas hoy muy difíciles, ya que en la primera la comunidad es inalcanzable con Ayuso en frente y la capital muy difícil frente a Almeida. En Sevilla, los socialistas no lo tienen fácil y muchas de las grandes ciudades andaluzas se han convertido en imposibles, habiendo dejado de ser el gran granero de antaño.
Perdido Madrid y siendo muy difíciles las capitales andaluzas —a las que sin duda esta bola de malas noticias no ayuda— Sánchez ha dirigido su mirada al Mediterráneo: Barcelona, València y las autonómicas del País Valencià. Ahí va a estar su victoria o derrota el 28-M. En la capital catalana frente a Trias y Colau y en las otras dos elecciones frente al PP. Por eso ha puesto toda la carne en el asador en Barcelona, donde, además, las noticias que lastran del resto de España siempre llegan con retraso. Obviamente, la aparición de Xavier Trias con opciones reales de llevarse el gato al agua en todas las encuestas —las prohibidas, pero que se publican desde el extranjero, lo sitúan primero— complica y mucho la ecuación de la dirección del PSOE en Madrid, que tampoco ve con especial desagrado la continuidad de Colau si la alternativa tiene que ser Trias.
Sánchez viene, así, a darle el último empujón a Collboni, pero su capital vale algo menos en medio de tantas noticias negativas que le han estallado en las últimas horas. Y, por si no tuviera poco con todas estas, la influyente revista norteamericana Político, que acostumbra a tratar al líder del PSOE con buenos ojos, traza este jueves un análisis muy crudo del dirigente socialista. Pronostica una derrota del PSOE en destacadas localidades y autonomías y lo culpa a él personalmente. Lo presenta como un líder cuestionado y asegura que se verá dentro de tres días. Todo ello bajo el título "Los socialistas españoles tienen un problema con Sánchez". Demasiado plomo en las alas en un momento en que todos los partidos, también el PSOE, necesitan todos sus votos. Una oportunidad para Colau, pero también para Trias si consiguen pescar en el caladero socialista o de los abstencionistas.