Como era previsible, con el paso de los días es fácil comprobar cómo la matanza llevada a cabo por los terroristas de Hamás el pasado día 7 contra ciudadanos israelíes, acabaría siendo mucho más que un conflicto entre Israel y la franja de Gaza, incluso más que la misma Palestina. En estos momentos, es ya abiertamente un conflicto de resonancia planetaria, ya que afecta de lleno al conjunto de países de la zona, tensa las relaciones entre Estados Unidos, Irán, China y Rusia, y pone a Europa, con una partitura más que desafinada, frente al espejo de sus propias realidades nacionales. Así, Bruselas entona de manera diferente en París o en Berlín. Y qué decir de Madrid, en un momento en que España ostenta la presidencia de turno de la Unión Europea, o de Barcelona.
Este domingo, el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, y el resto de miembros del Consejo han reconocido el derecho de Israel a defenderse de ataques como el perpetrado por el movimiento terrorista Hamás y han subrayado que la respuesta tiene que estar en línea con el derecho humanitario e internacional y que se tiene que garantizar la protección de todos los civiles. Todo ello se enmarca en un mensaje de una cierta contención y corrección a Ursula Von der Leyen, y mientras, Irán y Estados Unidos se observan mutuamente y las movilizaciones en las capitales europeas a favor de los dos bandos en conflicto son importantes.
En Ámsterdam, más de 10.000 personas se ha concentrado en la manifestación de apoyo a Palestina y en Marruecos, de manera muy especial en Rabat, se han producido grandes protestas en solidaridad con Palestina y en contra de la posición de Mohamed VI, quien normalizó sus relaciones con Israel en 2020 con los Acuerdos de Abraham. En Madrid, también han salido a la calle este domingo varios miles de personas mostrando su apoyo a Palestina, igual que el sábado en Londres. Varios países occidentales han reforzado su seguridad y aumentado niveles de alerta, y existe la impresión de que la invasión anunciada por Benjamin Netanyahu se llevará a cabo en cualquier momento y que Occidente es mucho menos seguro.
Pero a medida que han ido pasando los días desde el ataque terrorista de Hamás, se ha ido viendo que la invasión terrestre a gran escala de Gaza será larga, difícil y complicada y que la cifra récord de 360.000 reservistas convocados para labores militares, la más grande de la historia, no asegura el resultado que Israel espera de la guerra y que no es otro que acabar con Hamás y que en la Franja de Gaza nada vuelva a ser como antes. Pero está por ver si Irán lo acaba permitiendo o si se inicia una espiral de una aún más peligrosa guerra regional.