Con toda Europa preocupada por la rápida propagación de la nueva cepa del coronavirus aparecida en el sur de Inglaterra, España ha hecho bueno nuevamente este domingo aquel dicho tan famoso del vuelva usted mañana que hoy es festivo. Hasta once países europeos habían decidido a las 21 horas de este domingo prohibir los vuelos con el Reino Unido para intentar contener la propagación de la nueva cepa que se considera un 70 % más contagiosa que la conocida hasta la fecha de al Covid-19. La respuesta de las autoridades españolas no ha podido ser más decepcionante: pedir a la UE una posición conjunta y, de momento, limitarse a comunicar a los pasajeros que se reforzará el control de pruebas PCR.
Este domingo han aterrizado en los diferentes aeropuertos españoles un total de 277 vuelos procedentes del Reino Unido y la media del último mes es de unos 6.000 desplazamientos procedentes de aquel destino. Son muchas personas desplazándose y tampoco se entiende bien que la Moncloa haya decidido una posición tan laxa que además choca con muchas declaraciones de Fernando Simón respecto a las PCR en estos casos, ya que sostiene que no son muy útiles en origen. España es diferente. ¿Por qué? ¿Tan difícil es seguir lo que hacen Italia, Alemania, Francia, Países Bajos, Austria, Irlanda y así hasta once países?
Las declaraciones del premier Boris Johnson calificando de descontrolada la situación y cerrando Londres y el sur de Inglaterra han desatado el pánico en el país con las carreteras y las estaciones de trenes repletas de ciudadanos intentando abandonar el cordón de seguridad con cualquier destino. Tanto es así que el Eurotúnel que conecta Francia con el Reino Unido ha quedado cerrado esta noche. En los Países Bajos, Australia y Dinamarca ya se ha detectado la nueva cepa que se cree que se originó en septiembre entre Londres y Kent. En Italia, un pasajero que había regresado de la capital inglesa ha sido puesto en observación.
En un momento en que el mundo miraba con esperanza el inicio de la vacunación, una nueva incertidumbre viene a situarnos en la cruda realidad. La buena noticia es que, según el ministro de Salud alemán, las vacunas serían efectivas ante la nueva cepa del Reino Unido. Todo va a ser muy difícil y lento, no hay que bajar la guardia y sí, las decisiones vienen de horas. Porque la experiencia demuestra que el país que se equivoca o llega tarde lo acaba pagando con muchas más vidas humanas.