El anuncio de la dirección del Partido Popular de querellarse contra el PSOE ante la Audiencia Nacional por los presuntos delitos de "financiación ilegal, soborno y tráfico de influencias", después de los últimos casos judiciales que se han conocido y muy especialmente el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que implica al exministro José Luis Ábalos, mano derecha de Pedro Sánchez, es el primer movimiento importante de Alberto Núñez Feijóo desde las elecciones del pasado de julio de 2023. Aunque es obvio que Feijóo conoce a la perfección que muchas de las carpetas judiciales que amenazan a Pedro Sánchez no han hecho más que empezar, el informe de la UCO es, presumiblemente, el punto de ebullición que esperaba.

La legislatura española adquiere de golpe un cariz diferente: por un lado, los casos judiciales contra el PSOE; por el otro, la insuficiente mayoría absoluta de los socialistas para sacar adelante proyectos legislativos de calado y, muy especialmente, los presupuestos. Su aliado imprescindible para que la legislatura cobre impulso, el president en el exilio Carles Puigdemont, envió este domingo un mensaje aprovechando un nuevo día de caos en Rodalies que no debería pasar inadvertido: "Hacen falta diputados en Madrid que no aprueben las cuentas si no se ha cumplido con Catalunya".

El mensaje llega, además, en un momento en que la lista de incumplimientos del PSOE con Junts no es precisamente pequeña y así se les hizo saber durante la reunión de Suiza entre los independentistas y el PSOE celebrada hace un par de semanas. El mensaje de Santos Cerdán a Moncloa —"eso está muy al final"— y el del expresidente Zapatero, que también estuvo presente en la cumbre, —"igual hay una posibilidad"— ha provocado que el PSOE haya reaccionado. Otra cosa es que todo esté muy lejos de un posible acuerdo, ya que la confianza se ha quebrado y las deudas contraídas son numerosas. "Les falta mucho para ponerse al día", sentenció un informador cualificado.

Todos los caminos conducen a Junts, tanto para el PSOE como para el PP

Feijóo ha cogido el camino fácil, que es el de querellarse contra el PSOE. Habrá mucho ruido, pero mientras, lo cierto es que está clavado en 171 escaños y la mayoría está en 176 diputados. El mensaje enviado por los populares a los socios de Sánchez para que se muevan es un brindis al sol, ya que no son precisamente ellos los que se tienen que mover. El PNV dejó de votar al PP y Mariano Rajoy, facilitando la moción de censura de Sánchez en 2018, por la corrupción de los conservadores. Pero ahora es más que improbable que lo hagan, ya que el gobierno vasco que presiden pende de un hilo... socialista. ¿Cuántas posibilidades hay de que el PSE se fuera con Bildu si el PNV se descuelga del PSOE? No creo que los nacionalistas vascos quieran saberlo.

Todos los caminos conducen a Junts de nuevo. Tanto para el PSOE como para el PP. Y aquí hay que volver nuevamente a Puigdemont y a una de sus máximas: lo que vale para el PSOE, vale para el PP. Si no cumplen, no hay trato posible. Veremos cómo sube la espuma judicial en las próximas semanas y también qué sucede en el plano político. Y, sobre todo, los números en el Congreso de los Diputados. Todos los responsables ya han empezado a sacar su calculadora. ¿Puede atraer el PP al diputado de Coalición Canaria? Si así fueran ya serían 172 votos y en el otro lado 178 parlamentarios. Le siguen faltando votos a Feijóo. Cuatro para la mayoría absoluta. Casi imposible. ¿Pero y si el PSOE los pierde y los siete de Junts se van a la abstención, con el argumento de sentirse engañados por Sánchez? Entonces los socialistas se quedarían en 171, uno menos de los 172 del PP. Es una posibilidad aritmética. ¿Política? Muy difícil, pero...