Al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, habrá que reconocerle que es un tipo que no se amedrenta. Contra las cuerdas como está, por la filtración que ordenó de la causa por delito fiscal del novio de Isabel Díaz Ayuso, y con la imputación rondándole no muy lejos, lo que le obligaría a dimitir, ha decidido dar un paso al frente. La manera como se ha echado sobre sus espaldas el rapapolvo a los fiscales del Tribunal Supremo por su posición sobre la amnistía no solo marca una ruptura sin retorno, sino una desautorización importante de los cuatro fiscales pata negra que fueron los encargados del juicio del procés: Fidel Cadena, Javier Zaragoza, Consuelo Madrigal y Jaime Moreno.
A lo largo de 133 páginas, el fiscal general del Estado defiende con contundencia que los fiscales han de pedir la amnistía por todos los condenados y encausados por la malversación del 1-O, auténtico caballo de batalla de los contrarios a la amnistía. Con este mismo argumento, sostiene que si la malversación es amnistiable, se tiene que levantar la medida cautelar de la orden de detención del president Carles Puigdemont y de los consellers Toni Comín y Lluís Puig, junto a la secretaria general de Esquerra Republicana, Marta Rovira. Aunque hay convocada para la semana que viene una Junta de Fiscales extraordinaria en la que ya veremos si sus tesis salen ganadoras o perdedoras, esa circunstancia acaba teniendo un valor relativo, ya que Álvaro García Ortiz tiene la última palabra, porque la Fiscalía es un organismo jerárquico.
La descalificación a los fiscales del Supremo tiene dos grandes hilos conductores: su posición jurídica es una tergiversación de lo que sucedió en el referéndum del 1-O y se aleja de posiciones ya zanjadas por los tribunales y, en segundo lugar, los fiscales no han de hacer política y están de más todas las consideraciones de Cadena, Zaragoza, Madrigal y Moreno sobre si el PSOE ha cambiado de opinión, entrar en discusiones sobre lo que hace el legislador o sus valoraciones sobre la pureza del sistema. En resumen, les viene a decir que zapatero, a tus zapatos, que no es otra cosa que se ciñan a aplicar las leyes y velar por la justicia de sus actos.
El fiscal general del Estado les viene a decir que 'zapatero, a tus zapatos', que se ciñan a aplicar las leyes y velar por la justicia de sus actos
Aunque la posición del fiscal no condiciona, ni mucho menos, el resultado final del Tribunal Supremo sobre qué acabará haciendo con las órdenes de detención en territorio español que tiene dictadas el magistrado Pablo Llarena sobre Puigdemont, Comín y Puig, ya no existe aquella posición única de hace unas semanas de que la amnistía no iba a modificar la situación. Con esta nueva posición de la Fiscalía, solo quedaría Vox pidiéndole al Supremo que las mantenga, algo que no necesariamente sería del agrado del PP. Algunas fuentes son optimistas y, con todas las cautelas de estas situaciones donde poco se sabe de lo que se cuece en el interior del convento de las Salesas Reales, creen que la semana que viene o a más tardar la semana de Sant Joan, pueden llegar desde el Supremo noticias digamos positivas.