Desde hace unas horas, una parte significativa del espacio que había aglutinado la vicepresidenta Yolanda Díaz a través de su plataforma Sumar está molesto porque Podemos ha anunciado que sus cinco diputados abandonan el grupo parlamentario. Se pasarán al mixto en el Congreso de los Diputados y, de rebote, obligarán al PSOE a negociar con otro grupo político. Es obvio que todo el ruido es teatro, ya que esta era una historia escrita desde hace tiempo y no había nadie que no lo supiera. Primero costó hacer las listas electorales para el 23 de julio, pero es que en la confección del gobierno de Pedro Sánchez, Díaz exigió que Podemos se quedara sin ninguno de los ministros que tenía y la formación lila había avisado con antelación suficiente cuál sería su respuesta.
Lo que no vale es jugar con fuego, quemarse, y entonces hacerse el irritado. Podemos ha hecho el movimiento más previsible posible y otra cosa es que le salga bien o fracase. Pero que sea el imaginable no significa que sea o no un acierto, algo que solo se verá con el tiempo. En cualquier caso, es una preocupación no menor para Sánchez. Algo que, seguramente, solo consigue disimular porque los envites de la legislatura son tan grandes que el presidente, conociendo su carácter, muy bien puede pensar que ya no le vendrá de un problema.
Podemos consigue un altavoz propio importante y podrá jugar sus cartas de movimiento más izquierdista frente a una política más templada como es Díaz
En cualquier caso, Podemos consigue un altavoz propio importante en una legislatura que, sobre todo, será de debate territorial, y en la que podrán jugar sus cartas de movimiento más izquierdista frente a una política más templada como es Díaz. Aquí veremos cómo juegan la partida formaciones como el PNV y Junts, y si en esta alianza estratégica que han formalizado el partido de Carles Puigdemont con el de Andoni Ortuzar actúan de contención a iniciativas que tengan un barniz de marcada confrontación con los sectores empresariales a los que Junts también ha prometido cuidar más que en el pasado en esta nueva etapa con influencia en Madrid.
Eso lo veremos pronto en el Congreso, y también asistiremos a un pulso interesante entre la alianza de Sumar y los comunes, por un lado, y Podemos, sola en alianza, en las elecciones europeas que tendrán lugar el domingo 9 de junio de 2024. Para la primera de las candidaturas se ha hablado de la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y para la segunda, de la exministra Irene Montero. En cualquier caso, ambos espacios tendrán que picar alto si quieren que las europeas no sean un lastre de cara a contiendas electorales que vendrán después, como las vascas, las gallegas y las catalanas.