Ciudadanos, estamos en guerra y ganaremos. Con estas palabras, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, respondía al ataque sorpresa de Hamás en las localidades israelitas próximas a la franja de Gaza y que en muy pocas horas ha causado alrededor de 200 muertos en las siete localidades en que se habían infiltrado. Pese a que, lamentablemente, es una zona del planeta donde las imágenes suelen ser impactantes, en esta ocasión el asesinato de personas indiscriminadas y las instantáneas de los secuestros llevados a cabo por los terroristas va a abrir, sin duda, un conflicto bélico a gran escala del que solo estamos viendo los primeros pasos.
Israel ha sido atacada en un baño de sangre imprevisto y al que, inicialmente, no ha podido responder. Un fallo garrafal, aparentemente, de los mejores servicios de espionaje del mundo y que, por su magnitud, llevaba meses preparándose, ha cogido al gobierno en mantillas y ha revolcado a Netanyahu. El polvorín del Próximo Oriente ha vuelto a prender con fuerza y veremos hasta qué punto resisten las costuras de los pactos de Abraham, que dan estabilidad a la zona y que ha sido el mayor avance para acercar los judíos con el mundo sunita, una situación que preocupaba sobremanera a varios países pero de manera especial a Irán.
Netanyahu, 73 años, es el primer ministro de Israel con más años en el cargo desde la primera ocasión que lo ocupó, en el ya lejano 1996, hasta esta última, en 2022, y en la que tras difíciles negociaciones se hizo con el cargo. Es su sexto período como primer ministro y lidera el gobierno más a la derecha de la historia de Israel. Su polémica reforma judicial en la que le ha enfrentado con la fiscal general ha ocupado ríos de tinta en Israel y es visto ahora como una de las razones de la inacción de un Estado que aún no sabe cómo le ha sucedido este sábado el ataque de Hamás y que se demuestra incapaz de explicarlo a su población.
El apoyo coordinado de los países europeos y de los Estados Unidos sin fisuras a Israel tras el ataque de Hamás va a facilitar la respuesta militar de Netanyahu. El presidente norteamericano, Joe Biden, tras conversar con el primer ministro israelí aseguró que estaba listo para ofrecer todos los medios apropiados de apoyo tras el ataque de Hamás. La misma posición fue la expresada por Ursula von der Leyen, el canciller Olaf Scholz, el francés Macron o el español Pedro Sánchez a través de declaraciones o de su cuenta de X, antes Twitter. Silencio, en cambio, del president de la Generalitat, Pere Aragonès, en las redes sociales.