Podemos, la formación de Pablo Iglesias, acaba de lanzar un videoclip por las redes sociales en el que da a la familia real española un trato de organización criminal. El vídeo, titulado Monárquicos, utiliza como música de fondo la banda sonora de la serie Narcos, sobre el narcotraficante Pablo Escobar, y durante 88 segundos transitan por la cinta los reyes eméritos, los reyes actuales, el dictador Francisco Franco, la monarquía saudita y los diferentes escándalos que han rodeado estos años a la familia real española. Debo reconocer que si me hubieran preguntado qué partido político lo había distribuído me habría costado decir que detrás estaba Podemos y por extensión en Catalunya los comunes, ya que el ataque no es tan solo al rey fugado que a estas alturas ya no tiene quien le defienda, más allá de aquel artículo perdido que el pasado mes de agosto publicó en La Vanguardia el expresidente de la CEOE Juan Rosell, sino al Rey que ostenta la jefatura del Estado y la de las fuerzas armadas a perpetuidad.
No deja de ser chocante que este vídeo, por tanto, lo haya hecho un partido que forma parte del gobierno de su majestad el Rey. Porque, ¿donde está Podemos? ¿En qué lado se sitúa? ¿O está en los dos al mismo tiempo? ¿A favor de la monarquía o de la república? Es gobierno... ¿o es oposición? Es cierto que para las formaciones que no quieren pronunciarse abiertamente sobre estas cuestiones lo mejor sigue siendo tirar pelotas fuera. Un día haces un vídeo y al siguiente le rindes pleitesía con un descaro que acaban sonrojándose muchos de sus votantes. Y la pregunta del millón: después de este videoclip implacable con la monarquía española comparándola con una organización criminal ¿cuál es el siguiente paso? Porque si todo era una pose para satisfacer al electorado más izquierdista, el pego ya lo ha dado. ¿Pero hay algo más? No lo parece, cuando el gobierno español y sus aliados parlamentarios acaban de presentar unos presupuestos generales del Estado en que la partida de la Casa del Rey se ha incrementado en un 6,9%, hasta los 8,4 millones de euros.
Cuando el independentismo catalán marcó una línea roja en su relación con la monarquía española y la familia real después del discurso de Felipe VI del 3 de octubre de 2017, muchos pensaron que poco tiempo después ya recularía. Lo cierto es que tres años después, no solo es el independentismo catalán quien está tomando distancias de la familia real española sino que se está produciendo una auténtica implosión del régimen del 78 empezando por la jefatura del Estado. La monarquía se mueve entre el descrédito y la indiferencia y la presión sobre su conducta negligente cada vez se hace más llamativa. También, la necesidad de que el actual Rey dé explicaciones de una vez por la actitud y el comportamiento de su padre, que en algunos casos ya le salpica abiertamente. Aquellos que le recomiendan que solo puede callar desconocen la enorme fuerza que hoy tiene una opinión pública cada vez más sulfurada por lo que empieza a considerar que es una auténtica tomadura de pelo.
El debate sobre la monarquía se va a acabar implantando más pronto que tarde, ya que está en el mismo Consejo de Ministros, lo cual no deja de ser una novedad importante. Ya no está solo en el contorno del Ejecutivo, ni en las aspiraciones de alguno de los socios parlamentarios. Veremos durante cuanto tiempo Pedro Sánchez puede seguir esquivando el debate. Pero lo cierto es que solo hace falta ver el vídeo para confirmar que el debate ha empezado. A menos que Podemos no juegue de nuevo a retrasarlo.