El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, ha sido el último candidato de los partidos con representación en la Cámara catalana en ser designado para las elecciones al Parlament del próximo 12 de mayo y lo ha hecho por la puerta grande. Porque no es poca cosa la guerra de guerrillas que le ha montado a la organización estatal del partido y el haber tumbado los planes que tenía Alberto Núñez Feijóo para Catalunya. Sea como sea, el heterodoxo político conservador tarraconense, que prefiere a Ayuso que al gallego, y que se encuentra más cómodo con la dialéctica de Aznar o de Cayetana Álvarez de Toledo que con la de Rajoy, se ha salido con la suya y bien se puede afirmar que su particular batalla interna no ha sido nada fácil.
Con Alejandro Fernández se ha optado por la designación de un fajador, dialécticamente martillo de los independentistas y más propenso a captar votos de Ciudadanos que del PSC. Tendrá, sin embargo, el encargo de intentar pescar en el caladero socialista entre los detractores de la amnistía y muy especialmente en el área del cinturón de Barcelona. Las últimas encuestas demuestran que existe una franja nada pequeña de votantes socialistas en las pasadas municipales y españolas en la conurbación de la capital catalana que no han digerido bien la aprobación de la ley de amnistía y las cesiones de Pedro Sánchez a las exigencias independentistas.
Pero la designación de Fernández supone, también, el fracaso de Feijóo, que desde el primer momento ha tratado, sin éxito, de encontrar a su Josep Piqué, veinticinco años después de que lo lograra Aznar. Las puertas a las que ha llamado el presidente del PP se han ido cerrando progresivamente, unos descartándolo desde el primer momento y otros —los más diplomáticos— retardando su 'no' definitivo. Al final, solo ha podido escoger entre candidatos del partido —y no entre todos ellos, ya que los mejor colocados tampoco querían el puesto— y ha preferido no hacer inventos a menos de dos meses de las elecciones catalanas.
La designación de Alejandro Fernández supone el fracaso de Feijóo, que ha tratado, sin éxito, de encontrar a su Josep Piqué, veinticinco años después de que lo lograra Aznar
Con ocho grupos parlamentarios en la Cámara catalana, Fernández se suma a unas elecciones que serán poco novedosas en lo que se refiere a los cabezas de lista. De hecho, excepto la cabeza de cartel de la CUP, Laia Estrada, los otros siete ya lo fueron en febrero de 2021. Así, repiten Salvador Illa, Pere Aragonès, Carles Puigdemont, Jéssica Albiach, Carlos Carrizosa y el propio Alejandro Fernández. Pero aunque los cabezas de cartel sean los mismos, a menos de cincuenta días para los comicios, en nada se parecen a los de hace tres años.
Illa parte con una ventaja importante, Aragonès es el president y Puigdemont ha anunciado que regresará del exilio, en el que está desde 2017, en Waterloo, para la investidura, si tiene mayoría para ello, aun a riesgo de acabar en prisión.