El Fútbol Club Barcelona ha ganado con todo merecimiento al Real Madrid por un ajustado 3-2 la final de la copa del Rey y logra así su trofeo número 32. Es cierto que el Madrid se puso 1-2 en el marcador y el Barcelona no empató hasta las postrimerías del encuentro, pero el futbol es un juego de 90 minutos más la prórroga y no se hubiera tenido que llegar a los 30 minutos de añadido si algunas decisiones controvertidas del equipo arbitral no hubieran perjudicado al equipo blaugrana. Sea como sea, Hansi Flick sigue imbatible en finales disputadas, con el Barça y antes con el Bayern, y está en condiciones de lograr el ansiado triplete -Copa, Liga y Champions-, algo que parecía impensable al inicio de temporada.

A expensas del partido de liga Barça-Madrid de la jornada de Liga 35, que se celebrará el próximo día 11 de mayo en el Olímpic de Montjuïc, el equipo azulgrana ha hecho pleno de victorias frente a su rival blanco, ganando los tres encuentros directos y arrebatándole dos títulos. El equipo  continúa creciendo y ha aprendido a sacrificarse cuando toca con hechuras de grupo serio y ambicioso. Gana con épica y luchando hasta el final, algo que no formaba parte del ADN barcelonista. Sin esa característica, difícilmente hubiera llegado el tercer gol de Kounde. Y aunque es cierto que el Barça sufrió  en algunas partes del encuentro el desgaste físico de la temporada, dominó claramente la prórroga de la final, lo que dice mucho de su estado físico y de las múltiples opciones para hacer cambios en el equipo.

El Barça se ha doctorado en la Cartuja y ha dejado a su rival inmerso en una profunda crisis. El año Mbappé puede zanjarse con cero títulos

El Barça se ha doctorado en la Cartuja y ha dejado a su rival inmerso en una profunda crisis. El año Mbappé puede zanjarse con cero títulos y una percepción del jugador francés muy diferente a la que había antes de su llegada al club blanco. Ausencia de liderazgo en el grupo y menos resolutivo en los momentos decisivos de la temporada de lo que cabía esperar. El Madrid va a tener que tirar de talonario este verano si quiere competir, ya que su plantilla está descompensada y en los duelos directos con los equipos grandes parte en clara desventaja. Mientras, al Barça le sucede todo lo contrario: plantilla joven, entrenador con recorrido y con pocos ajustes puede ser optimista cara al futuro.

Dos últimas reflexiones. En primer lugar, la afición. Comportamiento ejemplar en una movilización importante de 26.000 aficionados blaugranas desplazados a Sevilla. Fueron bastantes menos en el estadio de la Cartuja, pero se hicieron notar bastante más. ¿Por qué siempre el paisaje blanco en el campo es superior en estas finales? ¿No debería vigilarlo más la federación y ser mucho más prudente? En segundo lugar, reconocer el mérito del presidente, Jan Laporta, en el proyecto. El entrenador es un acierto suyo y la confrontación sin ablandarse con la Liga y sus actitudes mafiosas, también. El barcelonismo no se equivocó otorgándole de nuevo la confianza para dirigir el club. Y hoy este título también es suyo. ¡Felicidades, culés!