El Barça parece decidido a desempeñar el papel de conejillo de Indias en el experimento de la Liga de Futbol Profesional (LFP), que preside el ultra Javier Tebas, de empezar a jugar partidos en Estados Unidos. En concreto, parece haber el acuerdo que se dispute el Girona-Barça en la ciudad de Miami el 26 de enero. La Liga ha puesto toda una serie de incentivos para que el clásico catalán salga más allá de las fronteras y, a cambio de diferentes bonus económicos y ayudas para los socios de Montilivi, se está filtrando que el partido tendría un marcado aroma español, con 40.000 banderas distribuidas para los asistentes y la interpretación del himno. Todo ello, junto a la prohibición expresa de las esteladas. Sería todo un éxito para el admirador de Jean-Marie le Pen que, además, no duda en reconocer que sigue pensando lo mismo que cuando era de Fuerza Nueva.

De todas maneras, la pregunta no es qué pretende Tebas con esta apuesta americana, sino: ¿por qué se prestan a ello el Girona y el Barça? Los alemanes se han opuesto con contundencia y los ingleses, sin duda la liga europea más potente del momento, parece decantarse por una posición similar a la de los alemanes. A los jugadores no les hace ninguna gracia un periplo de esta naturaleza, con tantos kilómetros y en un momento ya de un cierto ritmo de la competición. Y a la Federación tampoco le gusta. ¿Y los socios? A los del Barça nadie nos ha preguntado, quizás porque somos, en esta ocasión, equipo visitante, y no afectaría directamente al abono. ¿Y cuando el Barça sea local? Y después está también una cuestión básica: ¿Un derbi catalán puede acabar siendo en Miami un partido español como si se enfrentaran el Valladolid y el Madrid? ¿La Federación catalana no tiene nada a decir?

Que todo eso se produzca en un momento en que la junta del Barça acaba de llevar a cabo unos cambios en su directiva que refuerzan su corriente más españolista, debe ser una casualidad. O no. Cuando hay mucho dinero por en medio, las casualidades no suelen ser habituales. Y el presidente Bartomeu no ha dado ninguna gran explicación al respecto. Y no es una cuestión menor. El hecho de que no se hable nunca no tranquiliza sino que despierta todas las especulaciones. El siempre agudo periodista Xavier Garcia Luque, que tiene un enorme conocimiento de la historia deportiva, acaba además de poner encima de la mesa un dato desconocido: que el partido que el 26 de enero tiene que jugarse en Miami coincide justamente con el 80º aniversario de la entrada franquista a Barcelona. Quizás por eso, Tebas quiere darse un homenaje. Pero, en estas condiciones, las Américas que las haga él. No nosotros.