Después de varias idas y venidas, la candidatura oficialista de Esquerra Republicana para vetar el paso al retorno de Oriol Junqueras a la presidencia del partido ya tiene rostros. Nova Esquerra Nacional (NEN) ha apostado por la que quizás era la única vía para desmarcarse de la pesada mochila de campañas de falsa bandera, como los carteles de los hermanos Maragall, tramas B para sufragar acciones que no se podían explicar y una serie de operaciones que han dejado un rastro de, cuando menos, mala praxis política. Al final, no solo han quedado señalados en todo ello por wasaps internos dirigentes como Marta Rovira, sino que, por extensión, ha ido contaminando a una parte importante de los que han conducido la dirección del partido o la estructura del Govern. Aún falta que se den explicaciones públicas que incluso desde dentro de la organización se han pedido, así como se ha reclamado a la comisión de garantías del partido en qué ha quedado el anunciado informe interno.
Al frente de la lista de NEN estará Xavier Godàs, exalcalde de Vilassar de Dalt, director general de la conselleria de Drets Socials en la última etapa del Govern de ERC y defensor del 'sí' a Illa en la consulta interna. Hará ticket para la secretaría general, Alba Camps, natural de Puig-reig, donde ha sido concejal, como también diputada en el Parlament en la última legislatura. No son nombres conocidos por el gran público. Lo justifican con la defensa de una dirección coral en la que sí están, en posiciones inferiores, dirigentes conocidos, como la exportavoz de ERC Raquel Sans o la diputada en Madrid y exconsellera de Agricultura Teresa Jordà, que optarán a sendas vicepresidencias. Es evidente que la candidatura de Nova Esquerra Nacional ha apostado inteligentemente por soltar lastre del turbio pasado reciente, al precio, eso sí, de no poder colocar al frente de la lista personalidades de la organización que, hoy por hoy, solo pueden estar detrás del telón.
La candidatura de Nova Esquerra Nacional ha apostado inteligentemente por soltar lastre del turbio pasado reciente
La presentación de la candidatura se ha llevado a cabo 48 horas antes del acto de demostración de fuerza que pretende llevar a cabo la candidatura de Oriol Junqueras este sábado en el Teatre de la Passió de Olesa de Montserrat. Durante semanas, Junqueras ha recorrido el país con el objetivo de que este acto político sea determinante en el desenlace del congreso anunciado para el 30 de noviembre y que le permita conservar el aura de claro favorito que tiene a día de hoy, tanto fuera como dentro del partido. Incluso, para sus adversarios. Este esquema precongresual hace muy difícil que se pueda llegar a una alianza entre estas dos candidaturas, sobre todo porque la que encabeza Junqueras no tiene alicientes con los números que maneja y considera que el actual camino le lleva inexorablemente a recuperar el poder.
En cambio, el sector rovirista va emitiendo señales de lo contrario sin resultado alguno. Falta por ver si Foc Nou, la candidatura que tiene en Alfred Bosch su referente público más importante, reúne la fuerza suficiente para entrar con energía en la campaña y lograr lo que a día de hoy sería su gran objetivo: que la lista de Junqueras no alcance el 50% en primera vuelta y quedar segundos para poder optar en la segunda vuelta a una campaña a dos en la que pudieran recoger buena parte del enfado de los roviristas con Junqueras. Solo en esta difícil cuadratura del círculo a Junqueras se le podría escapar una victoria que parece tener bien encarrilada. Pero en política cosas más difíciles se han visto y el tiempo que falta para el congreso —más de dos meses— no deja de ser una incógnita y, sobre el papel, pueden llegar a pasar muchas cosas.