Se han cumplido este miércoles tres meses de la tragedia de la DANA en el País Valencià, que ha dejado 224 muertos, además de un escenario de desolación y pérdidas millonarias incalculables, ya que ninguno de los estudios realizados es capaz de valorar todo lo que se ha destruido. Muchos de los municipios afectados por la DANA del pasado 29 de octubre tienen, tres meses después, que soportar, junto al dolor por las víctimas y los destrozos, la incompetencia y la lucha entre administraciones. Que 28 municipios valencianos del centenar que resultaron afectados sigan en el nivel de emergencia 2, el que establece que continúan necesitando ayuda externa para resolver la crisis, es el reflejo del caos existente y de una cierta indolencia. ¿Cómo puede ser que no les hierva la sangre a los responsables de la situación y no sean capaces de llevar a los afectados de muchas poblaciones de la zona cero la tranquilidad que aún no han encontrado? ¿No es suficiente que lo hayan perdido todo para acudir con celeridad en su auxilio?
En los tres meses transcurridos se han hecho muchas cosas, solo faltaría. Pero no se han hecho todas las necesarias y la tristeza recorre casas y familias, municipios y establecimientos y plantas bajas de Paiporta, Aldaia, Torrent o Utiel, por citar tan solo a cuatro de las localidades afectadas. Como sucede con todas las tragedias, se produce un pico informativo muy alto al principio —en este caso aún más, ya que el País Valencià es una zona puntera en la economía y el turismo—, pero, con los días, el interés decae y solo oímos hablar cuando se cumplen aniversarios. Ahora con los tres meses, cuando haga seis o cuando se cumpla el primer año del histórico temporal. Esa atención mediática, también la tuvo en su momento el volcán de La Palma, con enormes pérdidas económicas, aunque, por suerte, no hubo que lamentar ningún fallecido. Pues bien, las ayudas a los afectados por el volcán llegan a cuenta gotas tres años después de la erupción. Faltan aún otros 100 millones de euros que tiene que aportar el Estado, correspondientes a 2024. Esa cantidad, que aún no ha llegado, se destinará a compensar las pérdidas de segundas viviendas, negocios, talleres, comercios y fincas. Porque muchos de los afectados siguen viviendo en casas contenedor o en cabañas de madera que les han facilitado como solución temporal, pero no saben por cuánto tiempo más.
Siempre sale más a cuenta subirse a lomos de los afectados por tragedias como las de la DANA que aterrizar a resolver sus problemas
El decreto ómnibus del gobierno de Pedro Sánchez, y reconducido por Junts a otro mucho más reducido, con tan solo medidas sociales, ya recoge ayudas por la DANA. Entre otras, amplía los préstamos e incrementa las aportaciones a los dueños de parcelas agrarias que fueron destruidas por el efecto de las lluvias torrenciales y el desbordamiento de cauces del pasado mes de octubre y permite al gobierno valenciano, que preside Carlos Mazón, “formalizar nuevas operaciones de endeudamiento a largo plazo” de forma excepcional con el fin de ejecutar los planes de reconstrucción necesarios. Excepto en el País Valencià, estas ayudas no han despertado un especial interés, ya que el foco mediático se ha desplazado. Mucho menos se ha sabido de ayudas a los afectados por del volcán de la isla canaria de La Palma como, por ejemplo, los ERTE, la prestación por cese de actividad a los autónomos o la extensión de la moratoria hipotecaria en los municipios afectados hasta el 30 de junio de 2025.
Lamentablemente, siempre sale más a cuenta subirse a lomos de los afectados por tragedias como las de la DANA que aterrizar a resolver sus problemas. Luego, cuando ya no hay solución, hay que correr a contratar a sesudos analistas para que desentrañen qué ha sucedido con la radicalidad que expresan los ciudadanos en las urnas, cuando las cosas son mucho más sencillas si hay humildad y se reconocen los errores cometidos. Estos días lo hemos visto con el decreto sobre el incremento de las pensiones, el salario mínimo, las ayudas al transporte y a los afectados de la DANA. Al final, el PSOE rectificó, retiró las 80 medidas del ómnibus y ajustó el decreto a medidas estrictamente sociales, con el añadido del palacete de París al PNV, un guiño entre aliados que son los nacionalistas vascos y los socialistas vascos. La guinda a este acuerdo la va a poner el PP, que también lo va a votar. Solo va a quedar fuera Vox. La Moncloa empezó la casa por el tejado para acabar en una cosa muy arregladita en que estarán todos, desde el PP a Sumar, incluidos Esquerra y Bildu, que se lo han mirado desde la barrera.