La dirección de Esquerra Republicana entronizó este lunes al líder socialista Salvador Illa y dejó el camino despejado para que la militancia del partido haga su parte en la votación telemática del próximo viernes. No ha habido sorpresas y aunque han aparecido voces discrepantes y la reunión se alargó más de lo previsto, Marta Rovira ha sacado adelante en la ejecutiva un preacuerdo del cual tenemos más palabras que papeles. En la conferencia de prensa convocada por los republicanos que se realizó pasadas las 20 horas, no se entregó ningún documento sobre el acuerdo que ha validado la dirección y menos ninguno que tenga las firmas del PSC y, sobre todo, del PSOE, que es quien va a tener que defenderlo en el Congreso de los Diputados.

Falta también conocer un tema clave: el calendario de lo acordado, ya que no es lo mismo que se plasme en las próximas semanas, que en los próximos meses o en los próximos años. Sobre todo, porque estamos en una legislatura en España que hoy por hoy tiene fecha de caducidad, especialmente si el gobierno de Pedro Sánchez no es capaz de sacar, por segundo año consecutivo, los presupuestos generales del Estado, cosa más que probable después de que el Ejecutivo fuera incapaz de aprobar el techo de gasto en el Congreso la semana pasada tras el voto contrario del PP, Vox y, sobre todo, de los siete diputados de Junts.

Por donde más chirría lo que se ha dicho es por el calendario, que puede hacer que todo lo acordado sea un brindis al sol

Dicho todo eso, tenemos, por ahora, lo que supuestamente dice el acuerdo en las cuatro carpetas propuestas por Esquerra: lengua, financiación, conflicto político y políticas republicanas. A la que más horas han dedicado los negociadores es, sin duda, la de la financiación y si Catalunya se acerca con el acuerdo al concierto económico, si camina hacia la soberanía fiscal o si logra una financiación singular. Es imposible, por lo escuchado a través de la portavoz del partido, Raquel Sans, saberlo con precisión, ya que su respuesta a los periodistas de "pónganle la etiqueta que quieran" es del todo insuficiente.

Si, realmente, la letra pequeña confirma que Catalunya sale del régimen común, asume la gestión, recaudación, liquidación e inspección de todos los impuestos y se llevan a cabo las modificaciones legislativas en el Congreso de los Diputados para ello, el salto en financiación será significativo. Sigue siendo lo más preocupante el calendario establecido: empezaría en la campaña sobre la renta que se recauda el 2026 y que corresponde al 2025. Seguramente, estamos hablando de una agencia mixta entre el Estado y la Generalitat, y nadie ha precisado quién tendrá mayoría y por qué normativa se regirá. Por donde más chirría lo que se ha dicho es por el calendario, que puede hacer que todo lo acordado sea un brindis al sol con un Pedro Sánchez que hasta ahora no ha cumplido y que, a partir de ahora, quién sabe si podrá cumplir.

Respecto a dos de los anuncios, una Convención Nacional para la Resolución del Conflicto Político en la que participaría el PSC y dependería del Parlament, habrá que esperar a conocer cuáles son sus atribuciones y competencias. También se anunció una Conselleria de Políticas Lingüísticas: algo interesante, siempre que sea todo el Govern el que se oriente en esta dirección. Un Govern en el que ERC anunció que no iba a estar presente, con lo que nos encaminamos, seguramente, a un ejecutivo monocolor del PSC.