El candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, Joe Biden, es desde este sábado a las 17:24, hora catalana, el presidente electo y se convertirá el próximo 20 de enero, tras su juramento en las escaleras del edificio del Capitolio en Washington, en su 46.º presidente. La proclamación de Biden como ganador en el colegio electoral de Pensilvania, en el día que se cumplían 48 años desde que fue elegido por primera vez para el Senado norteamericano, le ha permitido sumar 20 votos imprescindibles para superar los 270 que necesitaba y apartar a Donald Trump de la carrera hacia la Casa Blanca. América inicia una nueva etapa después de cuatro años de división y odio que no serán fáciles de superar.
Se abre ahora una situación extraña ya que al mismo tiempo que Biden celebraba su victoria y prometía ser el presidente de todos los norteamericanos, Trump se seguía aferrando a que el había ganado las elecciones, cosa que lleva haciendo desde la noche del martes en su meditada estrategia por deslegitimar la victoria del candidato demócrata. Una posición que le ha provocado ya varios quebraderos de cabeza: el abandono de todos los medios del país, empezando por su aliada hasta este momento Fox News, que también ha validado la victoria de Biden; el silencio de buena parte de las figuras republicanas, que no quieren seguirle en su campaña para poner en jaque los mecanismos electorales del país; y, finalmente, el estruendo en la calle, silenciosa en estos tiempos por la Covid-19. Desde Nueva York a otras metrópolis del país la alegría tras varios días de tensión se desató durante varias horas.
Por si fuera poco para el inquilino de la Casa Blanca, las felicitaciones internacionales una vez se anunció que tenía los 270 votos necesarios para ser considerado presidente electo, empezaron a llegar inmediatamente para Joe Biden, siendo el primer su vecino, el primer ministro del Canadá, Justin Trudeau.
La era Trump ha tocado a su fin, a pesar de la resistencia del presidente por judicializar todo el proceso. Veremos cuánto más puede durar. Los populismos son la gran mayoría de las veces insufribles y desgarradores por su permanente demagogia, pero no son eternos. Nada es fácil, pero se les puede ganar. En este nuevo tiempo que se abre después de un escrutinio agónico que ha dado más de un quebradero de cabeza al presidente electo, Biden (78 años cumplirá este mes) y Kamala Harris (56 años, abogada, senadora, afroamericana, hija de emigrantes de origen jamaicano e indio) harán un ticket al frente del país realmente insólito. Biden deberá luchar permanentemente contra su edad y Harris será la primera mujer vicepresidenta en la historia de los Estados Unidos. Porque la ilusión por haber sacado a Trump de la Casa Blanca se alargará lo que en el momento actual suelen durar las noticias por importantes que sean: un tiempo demasiado corto para disfrutarlo.