Anda el PSOE inquieto, según parece, porque a su líder en Catalunya no le acaban de salir como esperan los números para las próximas elecciones al Parlament de Catalunya, que se celebrarán el 14 de febrero. Miquel Iceta ha reconducido la crisis que había en el partido entre los partidarios de alinearse desacomplejadamente en el bloque unionista y los que apostaban por una vía propia, que eran los menos una vez se produjo la diáspora de aquellos que habían sido la historia viva del partido durante muchos años: los Nadal, Geli, Maragall, Comín y tantos otros, hoy repartidos entre JxCAT, Esquerra, o simplemente se han ido a sus casas.
Ese movimiento le congració con el PSOE, o mejor dicho, con una parte del PSOE porque lo cierto es que Ferraz siempre le ha visto con recelo ya que tiene agenda propia.
Ahora, cara al 14-F, Iceta ha cogido carrerilla. Tanta que parece un candidato claro por más que se le intente mover la silla desde Madrid. El hecho de que el ministro Salvador Illa se haya labrado un predicamento como ministro de Sanidad y cuente con el manto protector de Pedro Sánchez no parece suficiente para que acabe en el Parlament de Catalunya. Tendría que darse una circunstancia que no se ha producido y es que Iceta renunciara a la candidatura. ¿Posible? Sí. ¿Probable? No. Una cosa es lo que el presidente del gobierno tuviera en su cabeza cuando nombró ministro al secretario de organización del PSC para que adquiriera renombre, e incluso que pensara que Iceta estaba quemado como candidato por sus muchos años en la actividad pública, y otra es que con el estallido de la pandemia tenga margen de llevar a cabo un relevo en buenas condiciones.
En el círculo de Sánchez preocupa que Iceta no sea capaz de tejer las complicidades suficientes para condicionar un futuro gobierno de la Generalitat y creen que Illa es mucho más capaz. Si eso es lo que al líder del PSOE le preocupa, es que no conoce al primer secretario del PSC, perfectamente amoldable a cualquier circunstancia. No se está en primera línea desde los años 80 si uno no ha desarrollado a fondo estas habilidades. Otra cosa es que tenga presente el apoyo de Iceta a Susana Díaz en la pasada batalla congresual.
En cualquier caso, el hecho de que se haya conocido el interés del PSOE por mover la silla a Iceta quiere decir, al menos, como dice el refrán, "cuando el río suena, agua lleva". Habrá que estar atentos.