El independentismo debería estar dando saltos de alegría ante como se le ha puesto de cara la campaña electoral: desde las verdades del vicepresidente Pablo Iglesias poniendo el acento en que en España no hay plena normalidad democrática hasta el autoritarismo que representa poner de patitas en la calle a dos periodistas de Televisión Española por un rótulo en el programa La primera hora en el que se podía leer "Leonor marcha de España, como su abuelo", trazando una similitud entre la anunciada estancia de la princesa en un reputado colegio de Gales para cursar bachillerato y la fuga a los Emiratos Árabes Unidos de su abuelo, Juan Carlos I. O bien, el fracaso de Borrell como alto comisionado de la Unión Europea en política exterior y el juicio del extesorero Bárcenas, que amenaza con hacer explosionar el PP.
Si el independentismo es capaz de sacar de sus casas a los que han dado por cerrada la cohabitación de Catalunya con España ya que el entendimiento es imposible con un gobierno como el de Pedro Sánchez, incapaz de cumplir ninguno de los acuerdos que alcanza, se alcanzarán dos objetivos: la participación no será tan baja como pronostican las encuestas y la mayoría independentista será la más importante desde el inicio del procés en 2012. Con este objetivo, trabajan todos los cuarteles electorales, recelosos que la alta abstención no sea capaz de detectar realmente movimientos que, en otra circunstancia, serían menos relevantes. En estas elecciones sobrevuela de manera importante el temor de muchos votantes al contagio en los colegios electorales. Es normal que sea así, sobre todo en aquellas franjas de edad de más riesgo y que han restringido al máximo su movilidad desde hace muchos meses. Los dispositivos sanitarios organizados deberían rebajar este temor ya que la democracia necesita de la participación de la ciudadanía y siempre viene de un voto.
Es muy llamativa la campaña que está haciendo Iglesias acudiendo al rescate de En Comú Podem con un discurso mucho más radical que el de los comunes y mucho más sensible a la represión que hay en Catalunya que la formación que abandera Ada Colau. A veces da la impresión de que el vicepresidente del gobierno está cogiendo carrerilla pensando en una próximas elecciones que Pedro Sánchez le puede convocar en cualquier momento a la vuelta del verano con la intención de hacerse con una mayoría que le permita gobernar en solitario aprovechando las debilidades de Podemos, Ciudadanos y Partido Popular. ¿Qué mejor momento tendrá para dejar a Vox liderando o coliderando la oposición y aspirar a tener a todos detrás suyo y contra la ultraderecha?
Y acabo. Encuentro que se le ha dado muy poca cancha a los despidos de dos periodistas de Televisión Española por el rótulo del rey. Siempre se cometen errores y la rapidez de la comunicación hoy en día hace que sea mucho más fácil. La pregunta que nos hemos de hacer es si se hubiera actuado con la misma contundencia y celeridad si se hubiera tratado de un caso que no afectara a dos miembros de la familia real. "Leonor marcha de España, como su abuelo", decía el rótulo y no es ninguna mentira. Podrá molestar pero su abuelo se ha marchado y no solo eso: desde el pasado mes de agosto, su condición no es otra que la de fugado y todo el mundo sabe que por en medio está la corrupción. Cuando no se juzgan raperos, se despiden periodistas o se condena a cantantes. ¡Ay, si Europa supiera realmente los déficits de la democracia española!