El jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía en Navarra insultando a través de una cuenta anónima de Twitter a políticos independentistas catalanes y a dirigentes de Podemos y elogiando por igual al golpista y ex teniente coronel Antonio Tejero y al líder de Vox, Santiago Abascal, del que apunta que "le va a tocar ser el José Antonio de este siglo". Y, por otro lado, la ex dirigente socialista, fundadora de UPyD y exeurodiputada Rosa Díez, escribiendo en un artículo que ha llegado la hora de organizarse, en una especie de arenga para crear un Alzamiento Nacional del siglo XXI, son solo dos muestras de un martes con ribetes de emergencia española de la de antes.
El comisario jefe Daniel Rodríguez López ha sido cesado por el ministro Fernando Grande-Marlaska y llevaba en el cargo más de seis años, desde que fue nombrado en enero de 2012 por el entonces ministro del Interior Jorge Fernández Díaz. ¿Nadie ha sido capaz desde los servicios de seguridad del Estado de identificar a este personaje desde que abrió su cuenta de Twitter en 2016? El repaso a lo que ha escrito bajo el seudónimo de @Polientes1612 es inagotable: a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la tilda de "analfabeta funcional"; desea que Gabriel Rufián sea corneado en los Sanfermines, Íñigo Errejón es "un imbécil" , el ex Jemad José Julio Rodríguez es un "traidor asqueroso" y hace votos para que Pablo Echenique "vuelva a Argentina". Más de seis años, casi siete, en un cargo tan relevante y con una ideología marcadamente ultra no es una cosa como para infravalorar.
Rosa Díez ha escrito un artículo que bajo el título de Resistencia para defender la democracia -alguien debería hacerle saber que eso que ella defiende es todo menos democracia- hace un llamamiento a organizarse para que no se repita lo de los años 30 con la llegada de la República. Dice: "El discurso de tribu impera entre nosotros; y formar parte de Europa ya no es suficiente ante un gobierno cautivo de los populistas, el egoísmo nacionalista y los discursos xenófobos de quienes apelando a privilegios de raza quieren romper el país".
Completa esta mayonesa rojigualda el expresidente José María Aznar elogiando a Santiago Abascal, llamando golpistas a los independentistas catalanes, y erigiéndose en el vértice de una derecha unificada. Para el ex presidente del PP, Pablo Casado, su delfín, Albert Rivera, su protegido, y Abascal, el emergente, son la misma cosa frente al mal, que son todos los demás. Esta España en blanco y negro que había estado en formol durante un tiempo amenaza seriamente las libertades de todos y ha demostrado ser capaz de inventar relatos políticos y mediáticos en que dos líderes sociales subidos a un coche pidiendo a la multitud que se fuera a casa eran unos golpistas. Y la justicia así lo ha dejado escrito. Terrible.
La ultraderecha de Vox ha llegado sin avisar y marca la agenda de PP y Cs mientras Aznar, el hombre que es todo menos monárquico y que un día soñó con ser presidente de una tercera República española, hace planes.