En su cuenta de Twitter se define así: madrileña, liberal, patriota. La exministra, expresidenta del Senado y, sobre todo, expresidenta de la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2012 ha sido pedida como investigada por la Fiscalía Anticorrupción. También su sucesor Ignacio González y la sucesora de éste, Cristina Cifuentes, figuran en la lista que la fiscalía ha elevado a la Audiencia Nacional para imputarles por la financiación ilegal del PP en la capital de España. Aguirre, González y Cifuentes dirigieron el gobierno de Madrid entre 2003 y 2018 y supuestamente una caja B habría servido para financiar, al menos, tres campañas electorales.
La historia de Aguirre es de las más suculentas del PP. Llegó a la presidencia de la comunidad tras un perfecto golpe de mano en 2003, conocido como el tamayazo y que consistió en que dos diputados del PSOE se pasaran al Grupo Mixto e impidieran un acuerdo de la izquierda madrileña. La mano de empresarios afines a los populares vinculados al sector de la construcción apareció tras el súbito cambio de los diputados tránsfugas. Aunque su nombre ha aparecido en medio de declaraciones polémicas, como cuando Gas Natural pretendía comprar Endesa y se lamentó de que la eléctrica se pudiera ir fuera del territorio nacional ―eran los tiempos de antes alemana que catalana, que se parecía mucho a aquel antes roja que rota―, siempre ha contado con un manto de protección de los medios de comunicación cimentado en las numerosas campañas de publicidad ―siempre muy selectivas― que realizó desde el gobierno regional.
La lideresa, como es conocida también por los suyos, había esquivado hasta la fecha todas las acusaciones de corrupción, aunque muchas de las pruebas contra ella eran conocidas porque se habían ido publicando. También está entre los imputados el expresidente de Indra y actual presidente de Prisa, la editora de El País, Javier Monzón, uno de los empresarios más cercanos durante años al rey emérito, que habría hecho cuantiosas donaciones a las campañas de los populares.
Habrá que ver ahora después de tantos años los delitos que han prescrito, como muchos sospechan.