De entre las muchas revelaciones que el excomisario Villarejo viene destapando directa o indirectamente del trabajo sucio que realizó durante décadas, en ocasiones desde las cloacas del Estado y en otras desde entramados de seguridad privados, y a la espera de la traca final que se ha anunciado contra la misma familia real, esta semana se ha conocido que el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria bajo la presidencia de Francisco González pinchó nada más y nada menos que unas 15.000 llamadas durante una decena de años a miembros del gobierno Zapatero, empresarios, periodistas y financieros. La noticia ha puesto los pelos de punta al Banco Central Europeo por los métodos mafiosos empleados e, incluso, por lo que parece, a la actual cúpula del BBVA ―que ha engullido la marca y el negocio de Catalunya Caixa― que parece que no descarta demandar a González. Una decisión difícilmente evitable si quiere colocar un cortafuegos mínimamente creíble.
Imagino que dependerá, no obstante, de lo grande que se haga la bola, ya que Francisco González es conocido en el sector bancario como el banquero de Aznar, ya que lo impuso el entonces presidente en el año 2000 en un golpe de mano cuando presidía Argentaria, la marca más pequeña de la fusión que dio lugar a BBVA. Casualmente, la noticia surge unas semanas después de que renunciara a la presidencia de la entidad y se refugiara en una simbólica presidencia de honor y presidencia de la fundación que le permite mantener algunos de los privilegios de los últimos 18 años.
A ninguno de los dos cargos ha renunciado hasta la fecha, algo que llama poderosamente la atención. Tampoco consta que el BCE, más allá de su enojo, haya enviado algún mensaje claro y contundente. Es probable que sea cuestión de días o de nuevas informaciones periodísticas. El ventilador Villarejo arrasa por allí donde pasa, como pasó en el caso del gobierno de Pedro Sánchez donde dejó a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, al borde de la dimisión una vez se publicaron unos audios en los que ambos conversaban sobre la presencia de jueces y fiscales con menores en una cumbre judicial oficial en Cartagena de Indias (Colombia).
El caso de González es especialmente grave por la utilización de dinero de la entidad financiera del BBVA en cantidades ingentes, al menos, se apunta una cantidad superior a cinco millones de euros. El excomisario Villarejo, actualmente en prisión, no ha dejado de amenazar con publicar cosas de su inagotable fonoteca y videoteca si no recuperaba la libertad. Hasta la fecha, no se ha salido con la suya y su apuesta ha sido cada vez más alta. Tanto es así, que diferentes medios y televisiones han asegurado que obra en su poder una comprometedora grabación que afecta directamente a la reina Letizia. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, incluso trasladó antes de Navidades a numerosos directores de medios su enorme preocupación si se llegaban a conocer, rogándoles que no se hicieran eco.
Mientras llega o no ese momento, Villarejo ha acabado con la reputación Francisco González.